viernes, 12 de agosto de 2011

Crecer a Saltos (Acerca de la Discapacidad)

Casi siempre creo ser testigo presencial consciente del crecimiento de mis hijos. Día a día voy notando como la ropa les va quedando chica, como se hacen cada vez un poco más autónomos, como van aprendiendo y tomado lo que el mundo les entrega y también rechazando algunas "ofertas" del medio para crear sus propios gustos, opiniones, estilos, en fin, sus propias identidades. Voy dándome cuenta como cada vez parecen necesitarme un poco menos. Por supuesto, todavía soy la mamá gallina a la que acuden en busca de refugio, aún soy un modelo y un referente importantísimo al que recurren para saber qué sentir y qué pensar acerca de ellos mismos y del mundo en el que nos movemos. Sin embargo, cada día parecen necesitarme menos en términos concretos, como una presencia física. Cada vez se nota más que dentro de ellos hay una "pequeña mamá" que los acompaña a donde van, por lo que pueden desprenderse de mí por largas horas, incluso días, sin angustiarse.

Me gusta que esto esté pasando. En lo racional, porque sé que es sano, que es lo esperable, que es el curso natural de la vida. Y desde lo emocional, me gusta porque me otorga más libertad para ser Natalia, no sólo mamá. La maternidad múltiple a veces se vuleve algo esclavizante, y da gusto recuperar de a poco espacios y tiempo para volver a mirarse y preocuparse de la persona que se es.

Sin embargo, a pesar de permanecer atenta, hay saltos del crecimiento de mis hijos que a veces no logro ver, y que de pronto me toman por sorpresa. En general, son hitos que tienen un aspecto simbólico y que me hacen sentir orgullosa.

Hace tres meses aproximadamente que mi hijo Cristóbal tiene sus nuevos audífonos. Los anteriores los compramos cuando tenía apenas 3 años. Yo los limpiaba, yo cambiaba sus baterías, yo se los ponía y los encendía, Yo me hacía cargo de esas pequeñas labores relacionadas con su hipoacusia.

Sin embargo, hace días que vengo notando algo que me sorprende y enorgullece: los audífonos nuevos de mi hijo no sé encenderlos, y jamás les he cambiado las pilas. Creo que si tuviera que hacerlo, tendría que investigar cómo se hace. Mi niño es quien sabe dónde están las pilas nuevas, dónde se ponen las usadas para llevarlas a reciclar, cómo se encienden y se apagan sus audífonos. Él sabe perfectamente dónde guardarlos cada noche y en qué momento hacerlo. Sin proponérmelo, he ido saliendo de la escena y Cristóbal ha empezado a hacerse cargo de una parte importante de su discapacidad.

Puede ser un detalle más de los miles que, unidos, me hacen ver que mis niños están creciendo. Sin embargo éste ha sido uno de mis preferidos, en primer lugar porque no lo induje conscientemente, y también porque tiene qué ver con una parte suya que es sólo suya. Ni sus profesoras, ni los jefes de su grupo de scouts, ni mi madre, ni nadie sabe manejar audífonos. Y ya no importa: él lo hace a la perfección. En este pequeño aspecto es autónomo y puede salir al mundo sin preocuparse de tener un adulto cerca haciéndose cargo de él.

Estoy tranquila. Confío en él y en su capacidad para ir, paulatinamente, haciéndose cargo de sí mismo, incluida su hipoacusia. ¿Qué más podría pedir? 


4 comentarios:

Ale dijo...

Qué emocionante!!! Además sólo una mamá segura de sí misma puede enorgullecerse y alegrarse de ser prescindible para algunas tareas de los hijos!!! Un beso!

briseida dijo...

¡Maravilloso! Todo un orgullo tener un hijo que sea tan responsable a los ocho años :)

Anónimo dijo...

Me encantó tu publicación, felicidades por ella, y sobre todo, felicidades por tu vivencia...

daniela garin dijo...

Natalia me alegro por los logros de Cristobal es importante esa autonomia para construir su futuro... en este aspecto y con respecto a mi Marty me encantaria seguir haciendo pequeños logros pero tan significativos como lo son que elija un lapiz de color o que remera ponerse con una mirada y un tiempo especial para el comun de la gente... cosa que antes veia inalcanzable con lo que me contas sigo con toda la fe de ir por mas de la mano con marty besos y abrazos