miércoles, 2 de noviembre de 2011

Lo Que Espero De Ti

No sé si lamentable o afortunadamente, provengo de una familia en la que se valora muchísimo el desarrollo intelectual de las personas. Y bueno, de la mano de un desarrollo sobresaliente viene el éxito, en términos de ser un aporte a la sociedad, de ser personas destacadas en las áreas en las que se desempeñan los miembros de mi familia, todos ligados a disciplinas como la filosofía, la psicología, las ciencias políticas, el arte, y otros.

En esta familia mía no se valoran tanto los logros econónomicos, pero el ser una persona profunda, pensante, con una intelectualidad desarrollada ha sido por generaciones nuestra marca.

Antes de ser madre no me cuestioné estos asuntos jamás. Nací donde me tocó nacer y crecí en un ambiente en el que el ser "inteligente" era más un valor que una característica personal.

Sin embargo, la vida, o más bien mis hijos me dieron un remezón muy grande y me llevaron a cuestionar intensamente este dogma. Desde muy chiquititos recibieron diagnósticos y pronósticos que hacían pensar que tal vez no sólo no serían brillantes en lo intelectual, sino que podrían tener serios problemas de aprendizaje.

Hoy puedo decir que ninguno de mis tres hijos tiene dificultades de aprendizaje, al menos no importantes. Sin embargo, ya no hay vuelta atrás: lo aprendido no me lo quita nadie. Ya no soy parte de un grupo de personas preocupadas por el desarrollo intelectual de su descendencia. Ya no creo que competir y sobresalir sean valores dignos de seguir. Me convertí en una mamá que espera de sus hijos algo muy diferente.

¿Qué espero de ellos? Lo tengo bastante claro: que sean buenas personas, que sepan mirar a los demás con ojos de amor, que respeten y amen la diversidad. Espero que desarrollen los talentos con los que nacieron, sin importar cuáles sean, y me enorgullezco cuando mi hija me dice que de grande quiere trabajar como "paseadora de perros" pues sé que detrás de esa declaración hay un amor puro e inmenso por la naturaleza. También me enorgullecía años atrás cuando mi hijo Cristóbal decía que quería ser "superhéroe" como el de Lazy Town. Me daba cuenta que su agilidad física (que es enorme) le permitía proyectarse como un deportista experto en hacer volteretas y piruetas. Me enorgullecía también cuando Pedro quería ser mago y le hacía sus trucos a cada persona que visitaba nuestra casa. Sabía que él estaba poniendo a prueba sus habilidades manuales, un enorme desafío para un niño que alguna vez recibió el diagnóstico de parálisis cerebral.

Quiero verlos crecer como personas respetuosas, colaboradoras, esforzadas y entregadas a lo que les gusta. Quiero verlos ser lo que son y sacarle máximo provecho a lo que la vida les ha regalado.

Me gustaría muchísimo que fueran felices, pero creo que esperar eso de ellos es demasiado. ¿No es acaso muy difícil llegar a sentirse una persona completamente feliz? A veces siento que ésa es una expectativa demasiado alta que muchos padres ponen en sus hijos. Sí espero que luchen por serlo, pero si nunca llegan a sentirse seres humanos felices, habrán cumplido con todas mis expectativas: aprovechar la vida e intentar ser la mejores personas que puedan llegar a ser es más que suficiente para esta mamá.

Y en eso estoy: intentando, día a día, inculcarles el amor por la vida, la consciencia y el agradecimiento por ser quienes son, ayudándolos a aceptar que ninguno de los tres es perfecto, que se caerán una y otra vez, y que se pondrán de pie porque tienen una familia que los tomará de las manitos cada vez que se sientan derrotados.

Acerca de los colegios de elite, las carreras universitarias exigentes, los logros intelectuales y el éxito profesional me he olvidado hace tiempo. Si alguno de ellos, o los tres llegan a ser personas profundas e intelectuales, me alegraré mucho. Tanto como si pasean perros y se ganan la vida gracias a ello.

En el fondo, mi único deseo es intentar enseñarles a respetar la diversidad respetando la de ellos.



14 comentarios:

MisMellis dijo...

Creo que las personas estamos compuestas de pequeñas cosas, la inteligencia es un valor importante, pero también lo es por ejemplo el respeto a la naturaleza de tu hija, el amor por el deporte y el ejercicio, el respeto y otras muchas cosas... no somos mejores por ser más inteligentes o ganar más dinero, y debemos aprender a valorar las cualidades de los demás por lo que son y no por quienes son... enhorabuena por cada logro de tus hijos y piensa que todos somos inteligentes, ¿acaso la inteligencia no es otra cosa que la capacidad de resolver problemas?
http://repolleteyprincesita.blogspot.com/

Natalia dijo...

MisMellis: Estoy completamente de acuerdo contigo. Por eso escrbí "inteligencia" entre comillas... Porque en mi familia se valora la intelectualidad, la capacidad para leer y comprender libros complejos, teorías complejas, para obtener títulos y postítulos universitarios en pretigiosas universidades. No es que no esté de acuerdo con ello, lo que ocurre es que ya no creo que ésta sea una condición necesaria para ser valorado.

Sin ir más lejos, a mí me gusta mucho estudiar y aprender, pero no centro mi propio valor en ello.

Y sí, la inteligencia puede medirse de muchas formas. Afortunadamente, los seres humanos hemos ido comprendiendo que la única forma no es a través de un coeficiente intelectual. La aparición del concepto de "inteligencia emocional" cambió mucho la manera como nos relacionamos unos con otros.

Saludos!

briseida dijo...

Pienso exactamente lo mismo que tú, y por las mismas razones... Tener una hija de 23 semanas te hace replantear muchas cosas...

trestrillistigres dijo...

A veces cuando exiges demasiado o esperas mucho de una persona ya le estás poniendo trabas y apeor ahún creando frustraciones. Mi madre siempre quiso que yo fuera arquitecto y me lo decía desde muy pequeña, no se por que. Y lueog no pude estudiarlo por no poder desplazarme de mi ciudad y me llevé un chasco porque esa ilusión demi madre se habñai convertido en la mia de tanto oirlo.

Por eso no tengo expectativas con respecto a eso con mis hijos. No puedo estar más deacuerdo, un beso.

Natalia dijo...

Briseida y trestrillistigres:

Creo que tenemos la suerte de haber tenido experiencias que nos han hecho reflexionar acerca de este tema.

Lamentablemente, la mayoría de los padres que conozco no piensan así, y algunas veces son los hijos los que terminan emocionalmente dañados. No podemos hacer que vivan empeñados en satisfacer nuestras expectativas.

Un abrazo a cada una!

Ale dijo...

Uff, no sabes cuánto de acuerdo estoy contigo!!! en mi colegio aun se acuerdan de mi puntaje en la PAA, pero no tienen la mas remota idea de cuál es mi nombre!!!! (y estudié toda la vida ahi!) Es horrible... hoy sólo espero que mis hijos desarrollen a full sus capacidades, todas ellas!
Un abrazo!!

Natalia dijo...

:) Qué bueno, Ale! Una más que está dispuesta a dejar las expectativas exitistas para dar cabida a que nuestros hijos sean quienes están destinados a ser. ¿Será que con esto cambiaremos un poquito el mundo? Me gusta pensar eso.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Gracias Natalia, la palabra precisa, para expresar el gozo por la vida, la gratitud y todo lo que tiene como resultado el haber vivido la enorme experiencia de tener hijos prematuros con un pronóstico reservado. Me gustó mucho. Sandra.

Natalia dijo...

:) Gracias a ti Sandra. Me encanta saber que comparto esta experiencia con otras mamás.

Un gran abrazo!

Anónimo dijo...

Muy bello post Natalia...Yo tambien vengo de una familia en donde se nos inculco mucho el área academica...Trabajo con niños de 0-5 años con dificultades del lenguaje y habla y tengo un niño que nacio prematuro...el ser madre cambio mi perspectiva en la vida y creo que me ha hecho mejor profesional a la vez....Solo espero que mi hijo y los niños con quienes trabajo desarrollen al maximo sus potencialidades, que disfruten de su niñez y sean tolerantes y respetuosos con su entorno...
un abrazo
Maria

Natalia dijo...

:) Hola María. Me gusta que seamos varias... ojalá seamos muchas, oajalá todos pensaran igual. Estoy segura de algo: si así fuera, tendríamos un mundo plagado de niños más felices, menos estresados y mejores personas en el futuro.

Un abrazo!

Chitin dijo...

En mi familia más que la inteligencia en sí, lo que se valortado es el trabajo y sobre todo el esfuerzo, me inculcaron que si te esfuerzas, puedes conseguir todas tus metas.
Las metas que para unos pueden ser una carrera brillante y para otros simplemente el poder hacer volteretas como tu peque.
Mi hijo un día quiere ser piloto de aviones, otro día "conducir" una nave espacial y ayer quería ser inventor y que su abuelo le construyera un laboratorio :-) yo le digo que sí, que puede ser lo que quiera, pero que para lograrlo debe esforzarse en el cole y aprender mucho.

padresdetrillizas dijo...

Tan de acuerdo, Natalia. Creo que hay que ser lo mejor que uno pueda ser, en lo que quiera.

Si eres paseador de perros, tienes que quererles bien, y pasearlos bien, y ser puntual en tu trabajo, lo mismo que en cualquier otra cosa. Creo que cada uno somos únicos. La intelectualidad, una gran carrera, puede llenar a muchos, y a otros no, de gran capacidad intelectual o no (no todos los profesionales son eruditos, muchos son muy trabajadores, y se han esforzado muchísimo por llegar a lo que han llegado).

Creo que hay que valorar ante todo el esfuerzo, en una sociedad en la que la ley del mínimo esfuerzo es lo que impera, eso sí, conseguir absolutamente todo lo que uno quiere es una especie de necesidad imperiosa, y no estamos acostumbrados a un "no se puede".

Odio cuando oyes a un niño decir: yo quiero ser famoso y rico, y así no hacer nada. No estoy diciendo que todos los famosos no hagan nada (de hecho, hay muchos tipos de fama, y la mayoría están ligadas a aptitudes especiales). La pena es que se fijan en los que no hacen nada, sacan dinero de su vida, y se venden por lo que sea.
Yo quiero que mis hijas me digan quiero ser paseadora de perros, o profesora, o astronauta, o fontanera...

Perdona por la chapa, pero es que me parece que has tocado un tema súper importante!

Natalia dijo...

Chitin: no me quejo de mi familia. Afortunadamente, en ella no se valora ser rico ni tener fama, sino saber mucho. Pero creo que tienes una ventaja como mamá: a ti te sale natural dejar que tu hijo se proyecte como lo que es. Para mí no era tan natural... Por eso digo que tenemos la suerte de haber vivido lo que vivimos mis hijos y yo :)

Padresdetrillizas: ¿Sabes? También detestoeso de "quiero ser rico, famoso y descansar" ¿Qué es eso????? Afortunadamente, mis hijos están en un colegio en el que se valoran otras cosas... Aún no han llegdo diciendo eso. Ya sabes, muchas veces repiten loque escuchan de sus compañeritos. No, en el curso de mi hija todos los hombres quieren ser futbolistas y las niñas doctoras, jejeje! Nada fuera de lo normal. Las mía quería ser médico veterinario hasta que se enteró de lo que conlleva: operar, ver sangre, perritos infectados... Y ahí fue cuando cambió a paseadora de perros, jajajajaja! Amo que cambien de idea con tanta libertad.

Un abrazo para cada una!