lunes, 15 de agosto de 2011

Yo Confieso

Tenía 26 años el día en que me enteré que sería mamá de trillizos y también el día en que nacieron. Hoy miro hacia atrás y veo a una casi-niña con una tremenda responsabilidad sobre los hombros.

Con 13 semanas de gestación, los médicos decidieron que uno de mis hijos moriría al nacer, por lo que pasé las siguientes 17 semanas en cama llorando la muerte de un hijo al que aún no conocía pero al que amaba más que a nadie en el mundo.

En la semana número 30, estando yo hospitalizada, el doctor decidió que mi preeclampsia llegaba a niveles peligrosos y decidió practicar una cesárea.

Es decir, a los 26 años y con una historia de 17 semanas de profundo dolor, me convertí en madre de tres guaguas de entre 1,100 grs y 1,500.

Como la mayoría de uds. saben, tuvimos que enfrentar importantes complicaciones de salud de mis hijos. Tal vez la más grave fue la hiperbilirrubinemia que dejó sordo-hipoacúsico a Cristóbal. Pero en esos momentos no logré evaluar gravedades... Sólo sabía que tenía mucho miedo y angustia. Sólo sabía que quería sacarlos de ese lugar y verlos convertidos en guaguas "normales".

En ese contexto fue que mi hija Antonia alcanzó el peso de 1.800 grs, y con ese hito,  llegó el momento de intentar amamantarla. Debo decir que la clínica donde mis hijos nacieron se jacta de tener una de las más altas tasas de lactancia materna dentro de sus pacientes prematuros.

Y la presión fue horrorosa. Tal vez no lo fue tanto, sólo que yo ya venía de demasiado estrés y consideraba que mi hija también. Recuerdo haber estado encerrada en una salita de lactancia con no una, sino varias matronas opinando, tocando mis pezones dolorosos e intentando despertar y animar a mi hijita diminuta que sólo quería dormir. Le hacían cosquillas en las plantas de los pies, en las palmas de las manos y ponían algodones húmedos cerca de su boca para estimular su instinto. Y no resultaba.

Confieso que mi angustia comenzó a aumentar, que la llegada a la clínica a ver a mis trillizos preciosos dejó de ser el momento más feliz del día y que empecé a sentir que no estaba dando la talla, que no estaba siendo la madre que esperaba ser, que no estaba pudiendo con algo tan básico como amamantar a mis hijos.

Confieso que mi cara de angustia comenzó a notarse y que el Médico Jefe de Neonatología de esos tiempos se me acercó con su natural empatía y me preguntó qué estaba pasando. Confieso que lloré y le conté todo. Confieso que acepté su sugerencia de dejar el intento, de priorizar mi bienestar emocional, de seguir yendo y viniendo a la clínica con alegría y sin esa angustia que me oprimía el pecho.

Confieso que jamás amamanté a ninguno de mis tres hijos. Me sacaba leche (que alcanzaba para los tres) y se las daba en mamaderas, mirándolos, acariciándolos, hablándoles, amándolos, hasta los 5 meses de edad.

Confieso que aún guardo algo de culpa por no haberlos amamantado. Pero me digo que no pude, que el contexto no era uno "normal" y tranquilo, y que lo hice lo mejor que mis recursos emocionales me lo permitieron en ese momento.

Hoy, que todos hablan tanto de la importancia de amamantar a los hijos, creo que es importante que las madres que no lo hicimos saquemos la voz y contemos nuestros motivos. No creo que ninguna haya tenido malas intenciones. Imagino que muchas, como yo, simplemente se sintienron sobrepasadas y no por eso son peores madres.

Supongo que no todos los casos son iguales, no todos los niños succionan como se espera, no todas las mamás toleramos la frustración y la angustia como se supone... Y eso no es un pecado, es simplemente parte de la vida.


Mi hija Antonia unos día después de haber llegado a la casa. ¿No parecía una guagua feliz y amada? Yo creo que sí. Era muy sonriente, muy dulce y tremendamente adorada por sus padres y todos quienes la rodeaban.

PD: Soy una mujer absolutamente pro-lactancia, que no vaya a parecer lo contrario. Sólo hablo de ciertas cisrcunstancias que no siempre permiten que las cosas ocurran como se han planeado.
 

20 comentarios:

Una madre Pikler dijo...

QUE LINDO!!! Gracias por escribir esto, yo amante y lamento no haberlo hecho mas tiempo! Lo hice hasta los cinco meses y medio. También me sacaba y les daba de mi leche....

Yo también como vos creo que hay muchas madres sobrepasadas - sobretodo nosotros con partos múltiples - donde la cosa no es tan simple!

Creo que hay que amar lo que hicimos y pudimos... yo creo que mis bebés y yo dimos lo mejor de nosotros....y por eso estamos felices... yo no abandone para estar linda, ni para cuidar de mi cuerpo, abandoné porque nos fue pasando a si a los dos...

un beso grande, y un saludo enorme para esos trillis felices... Como hiciste con tres!!! ??? sos una idola!

saludos, lucre

Andrea dijo...

La lactancia materna es importante, todas lo sabemos desde la primera ida al gine empieza el entrenamiento, que los masajes que el parto que el apego bla bla bla...
pero los profesionales de la salud no se van a la casa con uno, no estan en los momentos de angustia, o felicidad (para no ser tan estrictos) yo creo que deben aprender a que una lo va a hacer bien... que nuestros hijos van a estar bien criados, queridos y contenidos, ademas que no todos son iguales y dentro de nuestra disfuncionalidad funcionamos.

AzulLila dijo...

No podría estar más de acuerdo contigo!!! me ha emocionado tu historia!. Yo tampoco pude dar lactancia más de 1 mes, y eso que solo tenía una, pero es que cuando te sientes angustiada y frustrada muchas veces no eres capaz de hacer muchas cosas. Considero que lo mejor es la leche materna, pero incluso antes que eso esta el bienestar de la madre y sus hijos!!

Enhorabuena por ser una mamá todoterreno!!

Besotes!

Madres cabreadas dijo...

No pienso que haya que pedir perdón por no amamantar. Me alegro de que hayas compartido tus motivos y te hayas desahogado, pero eres una campeona y no tienes que dar ninguna explicación , ni arrepentirte por eso. No necesitas confesare porque no has pecado.
Todos los extremos son malos, y radicalizar la lactancia materna es un error que lleva a las mujeres a la frustración y la depresión. Nadie es quién para juzgar a nadie. Yo di de mamar a mi hija de milagro. Fue doloroso y horroroso los primeros días. Me daban sudores fríos y me temblaba el cuerpo del dolor que sentía. Cada mamá y cada bebé son un mundo. El respeto es lo más importante. El fanatismo nunca ha traído nada bueno.
Un placer leerte.

Carolina García Gómez dijo...

¡Tenés toda la razón! Uno se siente culpable, pero es preciso comprender que no es algo planeado. Yo sólo pude amamantar a Martín dos meses porque no succionaba bien. Me tocó sacarme la leche y darle en biberón, nada qué hacer. Lo importante es lo que resaltás: que han sido niños profundamente amados y deseados. Abrazos.

Pamela dijo...

Me ha gustado tanto tu publicación, porque plasma una realidad, tú realidad, como la de tantas mujeres.
No concuerdo con ciertos extremos que con sus decires lastiman a aquellas mujeres que con dolor, físico y/o emocional deben recurrir a las mamaderas y/o a las leches de fórmula.
Para mí eres un ejemplo de tenacidad y una gran fuente de amor... pero claro sin son 3!!!!, jeje.
De la forma que le diste tu leche a tus hijos para mí es amamantar. Tu leche endulzada con caricias, miradas que transmitían amor, besos, quizás algún canto, es decir, leche y amor.
Siempre me sorprendes.
Saludos.

trestrillistigres dijo...

No tienes que confesar nada, lo hiciste muy bien. Que te llegara tu leche para los tres ya es un logro, yo sólo sacaba leche para uno cada 3 tomas, la iba ahorrando en la nevera como una hormiguita, mi cuerpo no quería o no podía producir más. Hasta que un dia a los dos meses se cortó y empecé a sangrar de un pezón, de dentro. Para mi fu´´e bastante traumatica mi experiencia con la lactancia, creo que el no poder ponerte el bebe al pecho desde el principio que es lo natural desconcierta a nuestro cuerpo y al niño y es muuuuuy dificil que así las cosas fluyan.
No hay que sentirse culpable por esto, porque es lo que nos ha tocado e hicimos lo que pudimos.

Anónimo dijo...

Me encantó tu entrada, y me sentí muy identificada.
Durante mi embarazo soñaba con darle teta a mi hijo, pensé que era simple, pero aparecieron dificultades (en el parto y luego también), no tuve nadie que me asesorara sobre cómo superar las dificultades de lactancia (con grupos de lactancia o con técnicas simples de estimulación), y otras dificultades personales que se sumaron a esto. También lloraba, porque mi producción de leche no era suficiente y a veces tenía que dar biberón (ponía mi bebé a la teta, él succionaba y no salía nada, él se enojaba y lloraba y gritaba, y yo estaba muy sola).
También soy una mamá pro-lactancia, promuevo la lactancia materna y el pedir ayuda, o buscarla para poder encontrarla.
Para mí al día de hoy sigue siendo un dolor recordar lo que no pude amamantar... pero bueno, así fueron las cosas.
Por supuesto, como dice arriba trestillistigres, no debemos sentirnos culpables, porque hicimos todo lo que pudimos con lo que nos tocó.

100% Mamá dijo...

Natalia que buena entrada, me parece que una no debe darle explicaciones a nadie por lo que hace o deja de hacer como madre, tambien soy prolactancia, pero si se puede bien, sino bien tambien.

Creo que todos los extremos son malos, eso de muchas de demonizar a las que no pudimos dar pecho no es justo, en mi caso les di a los dos, a la primera lo complemente con leche artificial hasta los 6 meses y al segundo le di de forma exclusiva hasta los 8 meses. Y ya ves mis hijos son dos niños totalmente normales e inteligentes sin haber tomado teta hasta los 2 dos años, jeje

Cada caso es distinto y no creo que existan niños de primera o segunda categoria por tomar o no leche materna, como he leido en muchos foros y blogs, eso!

Un beso.

Kary dijo...

A mi hija no la pude amamantar todo lo que hubiese querido, fue solo hasta los 2 meses y muy poquito, mi hija estubo en encubadora y no te explico lo frustrante que era ir a la sala de lactario para sacarme leche y que solo salieran unas gotitas, ver a otras mamás que salian con mamaderas llenas y yo apretaba mis pechos no salia nada, la angustía me jugó en contra y otros problemillas, pero sé que hice lo que pude, aunque igual me entristese un poco el tema... me siento plenamente identificada contigo.

De chupetes y babas dijo...

Aquí otra convencida de la lactancia materna y otra que falló. No lo conseguimos, lo intentamos durante mes y medio, pero no pudo ser, y aún me siento culpable.

Pero como tú, hice lo que pude con las fuerzas que tuve en una situación anormal y sin apoyos.

Un abrazo.

trestrillistigres dijo...

Kary, me pasó exactamente igual que tu. Me daba hasta verguenza entregar a la enfermera mi bote con 5ml despues de media hora ahí con el sacaleches. Y otra mami contandome que tenía el congelador lleno de botes porque le salía leche a chorro...se que está mal pero como le envidiaba. Y mi marido le cogió hasta manía porque me decía que ella me lo restregaba, yo tampoco creo que fuera por eso, la pobre se ofreció a darme de su leche para mis niños porque le di pena, pero no nos dejaron.

Hasta acabé tomando esas pastillas de dogmatil para los vértigos, porque decian que estimulaba la leche, pero conmigo parece que no había nada que hacer.

Unknown dijo...

Hola Natalia ! como siempre una entrada muy emotiva y personal. Entiendo todos tus sentimientos, toda esa culpa, todo eso que pesa en los hombros por mucho tiempo y cuesta aceptar que se debe dejar atrás. Pero es parte de nuestro crecimiento como madres supongo.
Yo tuve que crecer extremadamente rápido, quedé embarazada a las 19 años, y ya con un bebé prematuro. Fue todo tan de golpe, que no sabia ni por donde empezar.
Recuerdo una vez que alguien me dono leche materna porque yo no podía amamantar a mi propia hija, y eso me llenó de rabia de impotencia! cómo no me salia nada?? que hice yo o que culpa tenía ella de no poder recibir lo que tanto me enseñaron de "vínculo especial" entre madre e hija, al momento de dar pecho, de nacer..!. Todo eso me daba mucha tristeza.
Pero luego entendí que eso no era nada, que el vínculo y mi madurez no empezaba por ahi, empezaba por mi propio cariño hacia ella mientras le daba el pequeño biberón con apenas unos centímetros de leche.. en esos abrazos, en esos besos .. en ese calor, que ella sienta mi corazón.

Por eso y por mucho más... te entiendo. :)

Natalia dijo...

En este post en especial, sus comentarios me han emocionado mucho. Es compartir experiencias dolorosas o difíciles de la vida que muchas veces son públicamente enjuiciadas.

Me alegro por todas las madres que nos hemos atrevido a "confesar" nuestras dificultades con el tema de la lactancia.

Para esto fue que creé este blog. Me siento muy satisfecha de que podamos compartir asuntos que no podemos compartir con cualquiera.

Un gran abrazo a cada una de uds.

Natalia.

Anónimo dijo...

No sabes cuanto me he alegrado de leer esto. No, no, no me alegro de tus pesares. Me alegro de saber que no soy la única que vive con el pesar de pensar que no lo ha hecho bien. Evidentemente lo tuyo ha sido un largo camino muy pesado, bastante más ligero ha sido el mio. Pero es cierto que solo amamante a mi hijo por dos meses casi dos y medio, y luego opté por el biberon. TAmbién es verdad que no conté con el consejo de ningún médico pues todos ellos hicieron caso omiso al estado que presentaba la madre, centrandose tan solo en el niño. Sí solo uno, ya ves, con solo uno y pasé por momentos en que creí que me moría, llegué a perder el conocimiento del cansancio pues no dormia practicamente nada. Sin embargo, dejar de darle el pecho cambió todo, empezaba a sentir que la angustia que sentía amenazaba la relación con mi hijo pero nadie parecía entenderlo. Solo mi marido entendió, me dio el empujón necesario para tomar la decisión y me obligó a desentenderme del niño por las noches para pasar a ocuparse él. Y todo cambió en mi y en todo mi mundo, aunque aún me siento culpable por no haber sido una madre más fuerte, por no haber amamantado a mi hijo. Bueno, al fin y al cabo tienes tres y yo solo uno, eso me hace sentir algo ridícula. Un beso y felicidades por ser tan grande

Anónimo dijo...

Qué duro es lo de sacarse leche al principio, ucando sale poquito, aunque te dicen que todo es bueno, pero tú vas con tu botecillo... Luego ya empezó a salir más, menos mal, alimenté a una hija exclusivamente con mi leche, a dos a medias, pero ese momento que debería de ser íntimo, cuando ya te pones a tus hijas al pecho, y sin embargo es rodeada de gente extraña que coloca al bebé porque lo has puesto mal, que lo despierta, que te orpime el pezón para que salgan unas gotas para estimularle... y la niña no coge... me sentía mala madre... He de decir que finalmente funcionó y fue maravilloso, aunque el cansancio no puede con él y lo dejé a los 45 días de haber nacido las pequeñas con tremenda pena... Creo que las cosas son como vienen, y creo que era mucho más importante en ese momento que estuvieras fuerte y feliz uqe frustrada, para poder ayudar a tus pequeños, que fue lo que hiciste. Un abrazo y gracias por esta preciosa entrada cargada de recuerdos...

Lola Rovati dijo...

Hola Natalia,

Precioso post.
Lo hemos incluido en nuestro resumen semanal de blogs de papás y mamás, esta semana dedicado a los padres múltiples.
Un saludo

Paulina Cuadra Aros dijo...

holaa, una consultaa, no es acerca del mismo tema de la lactancia, pero es un sentimiento q al menos me vino cuando nacio mi hijo. Sus primeros días de vida, estaba tan sumida en el miedo, pasaba todo el dia en el hospital, que en las noches, al llegar a casa y revisar correo o facebook, o msn no me daban ganas contarles a mis amigos sobre el estado de salud de mi hijo, debo decir que se hicieron muchas cadenas de oracion lo cual estoy infinitamente agradecida, pero en ese tiempo... el tener que contarles y decirles a muchos esa frase "esta estable dentro de su gravedad" es algo que realmente me agotaba emocionalmente. N o se si a alguien le pasó lo mismo.

Saludos

Natalia dijo...

Hola Paulina. Yo pasé por algo parecido... He hablado de ello en algunos posts. Hay uno que se llama Ocultar en el que hablo de esa sensación. Es completamente normal, creo. Y con el tiempo va pasando.
Un abrazo.

Luisa Carballo dijo...

Senti por un momento que yo hubiera escrito este post... Tambien tuve dificultad para amamantar al segundo de mis dos hijos, y no es el que tiene Paralisis Cerebral; fue con el bebe sano que tuve tantos problemas... Como pude le di leche pero no era suficiente.
Me pregunto por que dices que no los amamantaste, si te extraias tu leche y ellos se alimentaban de eso...
Y habria sido tambien duro obligarles a sostener un enorme pezon -para la pequenisima boca de un bebe de 1.5 kg...- Y he leido algo sobre la hormona de la paz o alegria, serotonina creo... o era cual? jajaja, lo cierto es que esta demostrado su relacion con la produccion de leche, mientras mas tensa o angustiada estes, menos produces...
Mujer, tantos anios despues, ignoro la causa para seguir atormentandote! tus hijos son felices y amados, y los tres estan contigo y ademas si que los amamantaste! Para adelante Natalia! Un beso, bellisimo tu post, felicidades!