lunes, 14 de mayo de 2012

Realidad y Juego

Lo que voy a contarles hoy parece directamente sacado de un libro de psicología infantil. Ni yo misma, que trabajo hace años como terapeuta de niños, puedo creérmelo. Tal vez por eso es que saqué fotos  y hablé con mi hija para obtener su autorización antes de ponerme a redactar este post.

Antonia tiene un don que no heredó de mí, y podría decirse (perdón si con esto ofendo a alguien) que tampoco lo sacó de su padre. Es una talento innato y que surge sin que nadie lo fuerce: la creatividad. Sin ir más lejos, ayer, en el día de la madre, recibí de regalo de mi hija una "novela" de más de 100 páginas escrita e ilustrada completamente por ella. Maravillosa, ingeniosa, divertida y muy bien construida. ¿Se nota que me siento orgullosa de la hija que la vida me regaló?

Pero hoy hablaré de algo que, tratado en teoría parece obvio, casi un lugar común, no sólo entre profesionales del área de la salud mental, sino entre todos quienes tratamos con  niños.

Sabemos que el juego, el dibujo y toda actividad creativa ayuda a los niños a elaborar la realidad, a contarse su propia historia, a darle un significado a los hechos, a las vivencias y a integrarlas en el relato de la propia historia y, finalmente, de la identidad.

Bien, mi hija, que ya es "grande" y no suele jugar con muñecas, rescató ayer a Taqui, la muñeca favorita de sus primeros años, la que durmió con ella y compartió sus aventuras, la que siempre parecía más linda que las demás, aun cuando la mirada objetiva nos decía que había otras más agraciadas que ella. Taqui siempre fue la más querida de todas.

Sin dar muchas explicaciones, Antonia entró a mi pieza y me pidió prestados algunos cables de esos que hay en todas las casas y están en desuso, esos cables que ya ni recuerdas para qué sirven pero están guardados "por si acaso". Sin pensarlo ni darle importancia se los presté y seguí enfrascada en aquello que acaparaba en ese momento mi atención.

La sorpresa vino cuando subí al dormitorio de Antonia: estaba jugando a "la prematurez". Tenía a su muñeca Taqui en una "incubadora" llena de los cables que me había pedido prestados. El juego consistía en hablar acerca de lo que ella, como madre, sentía frente a la situación de tener a su hija en la Unidad de Neonatología, de lo que la propia Taqui vivenciaba dentro de la incubadora, y de las acciones que la mamá podía hacer para minimizar la situación de aislamiento y dolor en que la muñeca se encontraba. Antonia visitaba a Taqui, la acariciaba, la acompañaba. Antonia era yo y Taquí era ella 9 años atrás.






Sé que a muchos esta historia de una niña de 9 años jugando a la "prematurez" de manera tan cruda puede  resultarles fuerte. A mí también me lo parece. Sin embargo, más que lo trágico de la situación veo el despliegue maravilloso que hace mi hija para construir un relato de su propia historia, para matizarla (porque en el juego había sufrimiento, pero también mucho, mucho amor y esperanza), en fin, para hacer de lo vivido una parte de su identidad gracias a que a través de la actividad lúdica elabora e integra las vivencias de sus primeros meses de vida.

Esto es lo maravilloso que tiene el juego infantil: el "como si" permite hablar de asuntos dolorosos y difíciles sin verse amenazado. ¿Porqué? Porque sólo es un juego, no es la realidad misma, y como juego que es, puede manipularse, cambiar su rumbo o detenerse en caso que la angustia sobrepase al placer de la actividad. Cuando juego no estoy sufriendo, estoy haciendo "como si" sufriera. Por lo tanto, si me es difícil de tolerar, me detengo, cambio el rumbo de la historia o utilizo mecanismos defensivos que en la realidad no son eficientes. He ahí la riqueza e importancia de jugar.

Permitir y propiciar que nuestros hijos jueguen es esencial. Pero hay un momento para todo. ¿Cómo podría yo haber adivinado que a los 9 años mi niña se sentiría preparada para elaborar las experiencias vividas durante sus primeros meses de vida? Imposible. Ella lo hizo a su ritmo y en el momento preciso, cuando sintió que ya podía y necesitaba darle cabida a su prematurez en el relato de propia historia. Lo hizo a su modo y de la manera que para ella adquiría sentido. Y yo soy una mera espectadora, una que no deja de admirarse de la sabiduría infinita de nuestros niños.

¿Cómo no voy a amar ser madre? ¿Cómo no voy a apasionarme con el trabajo que he elegido? ¡Que afortunada soy!


12 comentarios:

unaterapeutatemprana dijo...

Es una historia increíble. No extraña que te sientas tan orgullosa de tu hija y de la familia que has construido.
Un beso.

Anónimo dijo...

Por curiosidad, Que edad tiene tu hija ??? la escribió las 100 páginas.
Eduardo

Natalia dijo...

Hola Eduardo. Tiene 9 años, es la misma que jugó a la prematurez. Las 100 páginas fueron escritas a mano y con faltas de ortografía. No te creas que es una niña genio, jajajaja! Es una niña creativa y que gusta de escribir historias.

Saludos!

Alicia Sánchez S-V dijo...

Puedes sentirte muy orgullosa!

Unknown dijo...

Naty, mi hija Lara tambien jugaba de esa manera, pero cuando salio de la terapia y volvimos a casa, tenia casi 4 años, y estabamos con internación domiciliaria por las noches, ella tenia una traqueotomía y tengo videos filmados de sus juegos con los bees, poniendoles canulas, hasta su Barnie tenia una !!! y los conectaba a los cables del aspirador, al saturómetro, les hacia nebulizaciones, yo en ese momento se lo comente a su spicologa y me dijo que era muy bueno para ella porque exteriorizaba lo que estaba viviendo, y vivió en la terapia, y como lo hacia con alegria y de manera natural, significaba que lo estaba elaborando bien. La verdad es que nuestros hijos nos enseñas día a día que la vida es mucho nas sencilla de lo que nosotros pensamos !!!
Mi Lara tambien tiene 9 años, pero todavia sigue jugando con muñecas y bebotes !!! Y la verdad me encanta que asi sea !!!
BEsotes
Ale

M.Ignacia dijo...

Esto que contaré es de abuela chocha, pero necesito aportar a lo que la Natalia cuenta.
La Antonia no sólo le ha escrito esa novela a su mamá, está escribiendo otra novela en el computador y yo me he ofrecido como correctora de estilo !!! Además hace libros de comics (tiras cómicas) desde los 6 años.
Esta trillicita prematura es una niña fasciante !!! Y muy querida !

trestrillistigres dijo...

Vaya natalia me has puesto los pelos de punta, en serio. Yo me habrñia echado a llorar en ese mismo momento, porque seguramente no tengo del todo cicatrizado aquello, pero calro nosé como será dentro de 7 años...

Lo de tu niña escritora también me alucina, tienes todo un portento en casa, gracias a Dios. Disfrutala mucho que esta niña va a volar por el mundo!!

Una madre Pikler dijo...

la que se largo a llorar soy yo, como un loca. tu hija es un amor y me encantaría que mis hijos editen esa vivencia como la tuya! gracias a tu hija por ser tan sabia (a vos por haberlo ayudado a serla) y sobre todo gracias por compartirlo.... me haces bien. porque siempre quedo que esa historia es como un ahujero (esta mal no?) negro que duele y duele que no sabemos como abordar. besos, y gracias, lucre

Isabel dijo...

Mi hija abandona al poco de nacer, ha jugado durante años al abandono. Una y otra vez era abandona y yo la encontraba, la recogía y la hacía mi hija para siempre jamás.

Anónimo dijo...

magistral es Antonia... de una madurez sorprendente!!! y aunque tal vez geneticamente la creatividad no la heredo de ti, si fuiste capaz de potenciar su don, de poner a su dispocision las herramientas para que prospere y la confianza en si misma para expresar libremente sus emociones y su historia de vida desde la prematurez. Te mando un babero XXL por Tener una hijita tan especial, besos gordos, AE

Esa niña que vive dentro de mi dijo...

¡Qué maravilla de entrada! Un abrazo

Betzabe dijo...

Y despues hay personas que creen que la forma de venir y ser recibidos al mundo no se graba en los pequeños, algunos creen que no se dan cuenta,excelente que Antonia este integrando y enriqueciendo su propio yo.