martes, 12 de abril de 2011

Conciencia

A veces me da por quejarme. No, mejor seamos honestos: me quejo mucho. Estoy cansada, no hay tiempo para mí, no he podido (o intuyo que más bien no he sabido) recuperar los detalles, espacios y momentos que tanto he llegado a extrañar de la mujer que fui antes de ser mamá. No ha bastado con tener la intención de hacerlo, he avanzado y me he esforzado bastante, es cierto, pero ha sido mucho más difícil de lo que creí.

Pero otras veces, como hoy, me da por agradecer... La vida, la vida de tres niños que me absorben y me agotan. Sus corazones latiendo, sus bocas preguntando, sus manos tocando y desordenando todo. La fuerza, la valentía, la grandeza de tres seres que han sabido derribar murallas para llegar hasta aquí. La entereza, mi propia entereza para haber sobrevivido a lo que mi terapeuta llamó alguna vez mi "holocausto". La suerte, los milagros, los amaneceres, las vacaciones, los chistes, las canciones, las risas, las caídas, la capacidad para levantarse, la ternura, la cercanía, el ruido, la exigencia, la capacidad de asombro, la pureza y tantos, tantos regalos más que han traído estos hijos a mi vida.

Pero de todo, lo que más agradezco es la conciencia. No hay nada como poder ver lo que se tiene. Si algo grande he ganado a partir de esta historia es eso. Nunca antes pude darme cuenta en el momento mismo en que estaba siendo feliz. Siempre me enteraba justo cuando la felicidad se me estaba escapando de las manos. Me pregunto qué podré hacer para no perder este estado de conciencia nunca. No quiero volver a pasar por encima de los regalos y pisarlos, sin verlos, sin disfrutarlos.

6 comentarios:

La mujer que bota fuego dijo...

Te felicito por la crisis, por la gratitud y por la conciencia!! Reconozco que a veces me siento exactamente igual que tu!

carmengloria dijo...

Me pasa parecido.... hoy día con mis niños encima, haciéndonos cariño los tres pensé que era un momento muy feliz, que rico!!!!
Difícil volver atrás, y a pesar de los dolores, la capacidad de disfrutar y gozar hay que cultivarla!! Con conciencia!
Y gracias a ti también!

Unknown dijo...

Natalia,

Yo tengo varios lados, uno que se queja, otro que agradece y otro que "trata" de no olvidarse que además de mamá soy mujer!.
Por ejemplo y va a sonar muy bobo pero es así, yo trato de mimarme mucho : cada tanto.. no se 1 vez por mes o 15 días, me pago una sesion de masajes en un spa, eso solo nada más que no lleva más de 45 minutos pero me relaja al máximo. Otra cosa que hago es sentarme a tomar un café 5 minutos en cualquier lado, o un helado o jugo en la plaza y respirar.
También como regla obligatoria es la de maquillarme cada mañana, arreglarme y no dejarme llevar por la comodidad de un pantalón deportivo para andar todo el día.

Mi otro lado es el que agradece de tener todo lo que tengo , de recordar de que tengo que disfrutar más y estresarme menos.. y cuando las veo cada mañana cuando abro mis ojos es un placer infinito y es algo que lo volveria a repetir millones de veces mas!.


Saludos!

Unknown dijo...

uff... es cierto suelo quejarme mucho, por lo agotador que es ser mamá, pero agradezco cada día lo maravilloso que son mis hijos, y aunque me falten varios años para poder dormir solo un día hasta las 10:00 de la mañana, soy feliz de escuchar cada madrugada sus palabras o babuceos...
gracias a la vida por darme eso: vida.

Carolina García Gómez dijo...

Tenés toda la razón Natalia, la consciencia que nos dan nuestros hijos y los momentos difíciles vividos a su lado, es un regalo que no tiene precio. Un abrazo. Carolina.

Francisca dijo...

ciertamente , me he encontrado al igual que tu quejandome ante algunas situaciones, pero al ver las caritas de mis niñas cada mañana soy conciente de lo feliz que me hacen,y todo lo demás queda atras...

cariños