domingo, 3 de abril de 2011

Recibir la Noticia (¡¡¡Serán Tres!!!)

A pesar del paso del tiempo, muy a menudo las personas me preguntan qué sentí y pensé el día que me enteré que sería madre múltiple. No los culpo, si yo estuviese mirando desde afuera, probablemente sentiría la misma curiosidad y haría la misma pregunta.

Debo comenzar diciendo que mi embarazo no fue natural, sino con la ayuda de una inseminación artificial, que, entre otros procedimientos, incluye un seguimiento ovular (ecografías diarias para corroborar cómo y cuántos folículos están preparándose para "reventar" y "lanzar" un óvulo potencialmente fértil). En mi caso, había ¡cinco! folículos de un tamaño adecuado como para pensar que las probabilidades de embarazo múltiple eran altísimas. Sin embargo, como buena mujer infértil, siempre pensé que estas cosas le ocurrían a otras mujeres, no a mí... si ni siquiera había podido embarazarme de uno!!!

En la primera ecografía posterior a mi tan esperado positivo en la prueba de embarazo, se veían dos saquitos embrionarios. Uno de ellos se encontraba, según el médico, implantado perfectamente, mientras que el otro estaba en riesgo debido a que estaba ubicado en un área del útero no tan apta para la implantación. Recuerdo que dijo que el primero tenía un 90% de probabilidades de seguir adelante y el segundo sólo un 50 %. Salimos de la ecografía felices y esperanzados de que ambos embriones se convirtieran en nuestros hijos. La idea de tener mellizos nos parecía excelente. Debo agregar que ese día mi marido creyó ver en la pantalla una sombra, un tercer saquito... pero ni el médico ni yo le dimos crédito. Tal vez la idea de que fuesen tres era tan poco digerible, que preferimos obviarlo, no lo sé.

En la segunda ecografía (sólo unos cuantos días después), el doctor exclamó unas palabras no ad hoc a la situación, lo que me hizo creer que algo andaba realmente mal. Al preguntarle, abrió los ojos grandes y nos mostró la pantalla: "hay tres embriones latiendo fuerte y bien implantados".

Nuestra reacción fue de ABSOLUTA INCREDULIDAD.

Recuerdo que nos hicieron esperar un rato al otro médico, al que llevó a cabo el tratamiento, pues quería conversar con nosotros. Y lo que hicimos ahí sentados esperando fue REIRNOS DE NERVIOS mientras llamábamos a nuestros parientes más cercanos para informar la noticia.

Ya sentados en la consulta del Dr. que realizó el tratamiento, lo escuchamos (con una sonrisa nerviosa en los labios) hablar de fracaso del tratamiento, riesgos, probabilidades de patología materna y fetal, prematurez, secuelas, y un largo etctétera que no llegó a nuestras cabezas simplemente porque estábamos en estado de shock.

Más adelante, a medida que los días iban pasando y la risa incrédula se fue apagando, mis esfuerzos por imaginar la maternidad múltiple se intensificaron. Pero nunca logré llegar a ser tan imaginativa como para convertirme en un ser realista.

Me dediqué a vivir el embarazo tal como se presentó (durísimo, por cierto). No fui capaz de proyectarme ni de imaginar nuestro futuro. No fui capaz de verme a mí misma cuidando a tres guaguas al mismo tiempo. No fui tan flexible como para llegar a imaginar cómo puede llegar a cambiarte la vida cuando te conviertes en mamá de tres personitas al unísono.

Por consiguiente, el día que tuve a mis tres hijitos en sus tres cunas en la casa bajo mi cuidado, la dura y maravillosa realidad me cayó encima como un balde de agua fría. No estaba preparada emocional y físicamente para ser madre múltiple, y tampoco sé si existe alguna receta para estarlo, sospecho que no hay fórmulas secretas en estos temas.

Sólo puedo decir que la fuerza que necesitas para llevar a cabo una tarea tan ardua aparece, quién sabe de dónde, y que la resistencia, la paciencia, la capacidad para posponer tus propias necesidades y para organizar una vida que se vuelve compleja está adentro nuestro, sólo que no lo sabemos. Hoy estoy convencida que si mis hijos hubiesen sido quintillizos, también los hubieses sacado adelante, porque está en la naturaleza femenina inventarse la fuerza necesaria para enfrentar los desafíos que te pone la vida.

8 comentarios:

Isabelita dijo...

Que historia tan bonita, me parece preciosa, una prima mía acaba de tener unas mellizas (de manera natural)y tiene otro de 3 años, así que parecido, 3 a la vez, solo que tiene la experiencia del primero!!

Me encantó tu historia...

Un saludo

Unknown dijo...

Hola, llegué a tu blog gracias a un post de "mamá terapeuta" me parece tan interesante lo que cuentas, porque a veces el mundo da por sentado que una mamá debe tener las cosas claras desde el momento que se convierte en madre, y lo que no sabe nadie, solo nosotras las madres, es que la realidad de tener hijos, ya sea uno dos o tres, es dura. Porque aparecen miedos, decisiones nuevas, alegrias unicas, un amor que nunca sentiste antes.. aparecen tantas cosas!!. Espero poder seguir leyendo mas cosas mias, y te invito a que conozcas el mio . Un saludo muy especial.

Natalia dijo...

Isabelita: muchas gracias... a ver si tu primea tiene un momento para entrar a compartir su experiencia.

Andrea: Sí, tienes toda la razón, la sorpresa es para todas las madres, las de uno, dos, tres o lo que sean. Nunca se comprende bien lo que es esta experiencia tan compleja hasta que se vive. Me daré una vuelta por tu blog ;-)

Natalia.

Anónimo dijo...

Hermoso sobre todo el último comentario:
está en la naturaleza femenina inventarse la fuerza necesaria para enfrentar los desafíos que te pone la vida.
Soy mamá de mellizas y tienes toda la razón, si hubiesen sido 5 igual me la hubiese podido.

Natalia dijo...

Hola María. ¿Cierto que sí? Lo que pasa es que antes de enfrentar los desafíos no sabemos cuán fuertes somos :)))

Saludos!!!!

Vicky dijo...

Hola Natalia, media atrazada pero comento igual. Siempre pensé que tendria problemas para quedar embarazada pq a mi mamá le costaba mucho y yo creí que me pasaría lo mismo. No tenemos antecedentes multiples por lo que cuando supe que venian dos fue como un valde de agua fría, lloraba y reía y pensaba COMO LO VAMOS A HACER! jajaja desperté en la madrugada pensando que lo había soñado y mi marido me lo tuvo que reafirmar. Cuando nacieron me costó harto tiempo asimilar que eran dos y las miraba y pensaba es increible!!! jjajaja

Natalia dijo...

Hola Vicky. ¿Puedes creerme que yo todavía a veces los miro y pienso que es INCREÍBLE que yo sea la mamá de estos tres niños de la misma edad? jajajaja! arece que nunca vamos a convencernos de que lo que nos ocurrió fue real :))))
Besos,
Natalia.

Diario de una cuarenta. dijo...

Me encantó !!!
La pregunta del siglo: K sentiste ¿?
A lo k tod@s lo k hemos vivido esta experiencia tan especial, respondemos igual, por unos instantes no nos lo podemos creer...
Nuestra historia aún está por la primera parte, el tiempo k gran enemigo...
pero lo conseguiré jijiji

http://virginia-eldiariodemam.blogspot.com/2011/03/k-viene-dos-princesitas1-parte.html

Saludos :D