sábado, 23 de abril de 2011

Recuento de un Viaje Sorprendente

Entro a mi casa después de un viaje de 6 días con mi familia en el norte de nuestro país y lo primero que quiero hacer es escribir. Fueron demasiadas emociones para tan pocos días, muchas sopresas y descubrimientos que me dejan pensando.

Me equivoqué: volver al norte no fue volver al mismo lugar que conocí. Es otro, ni mejor ni peor, simplemente otro. Debí haber podido predecirlo: no puedo mirar a través de los mismos ojos que cuando tenia 22 años y recorrí el norte con amigas de la Universidad. Estos son los ojos de una mujer más cansada, más responsable y mucho más conciente de lo que está viviendo. Todo, o casi todo me pareció mucho más lindo que la última vez. Nunca dejé de sorprenderme de los paisajes, de la experiencias y, sobretodo, de las reacciones de mis hijos.

En muchos sentidos, debo reconocer que esperaba cosas diferntes de ellos. Contemplar en silencio la puesta de sol en el mítico Valle de la Luna, por ejemplo, fue un objetivo no logrado. Sencillamente, mis hijos no entendieron para qué tanto silencio si podíamos comentar, reír, contar anécdotas y tirarnos de cabeza por las dunas de arena. Tampoco lograron dimensionar la energía de los colores del desierto más árido del mundo ni empatizaron conmigo cada vez que me detenía a tomar una foto de la puerta de una antigua y pobre casa de barro.

Sin embargo, me mostraron detalles que nunca pude haber llegado a notar sino hubiese sido por ellos. Amé sus caritas al sentir la fuerza del avión despegando y su alegría al mirar cómo las casas se iban volviendo chiquititas a medida que íbamos subiendo. Adoré el modo cómo se enamoraron de los perros de la hostería familiar en la que alojamos. Pasaban horas jugando con ellos, se aprendieron sus nombres y los domesticaron (al más puro estilo de El Principito). Fui notando que la falta de experiencia los hizo llegar a nuestros lugares de destino sin grandes expectativas, lo que los hizo gozar mucho más aún las cosas sencillas y maravillosas que íbamos conociendo. Se impresionaron al ver un cactus gigante, tomaron lagartijas en sus manos (cosa mucho más impresionante para ellos que ver de lejos unos cuantos flamencos paseando por una laguna), gritaron de alegría al corroborar que el agua de la termas es realmente tibia, adoraron la comida del restaurante más sencillo y pobre que he visitado en años, trajeron de recuerdo un gran cristal de sal al que le pasan la lengua por turnos para corroborar una y otra vez que "¡sí, es verdad, está hecho de sal!", miraron sorprendidos la cantidad de extranjeros y personas de otras razas que hablaban en otros idiomas y caminaban, como nosotros, por las calles del pueblo, gozaron de cada helado que tomamos como si fuera el primero... En fin, me hicieron ver cosas que jamás me hubiesen llamado mi atención de no ser por ellos.

Puedo decir que adultos y niños difrutamos del viaje de maneras muy diferentes, y que ellos me fueron mostrando, con su infinita inocencia, pequeños detalles que hicieron el día a día mucho más entretenido. Espero también que en sus almas haya quedado algo de lo que quise transmitirles acerca de la maravillas de los paisajes y la sensación de grandeza y amplitud que se siente frente al desierto. Creo que sí, que algo logré contagiarles de mi entusiasmo personal, y que éste, su primer viaje "de grandes" no lo olvidarán jamás.











De muestra, algunas fotos. Aprovecho de promocionar el desierto de chile :)))

6 comentarios:

Diario de una cuarenta. dijo...

Increible... un maravilloso viaje para el recuerdo :D

Ale dijo...

Lo increíble de ver lo que ya no vemos!! sólo los niños nos muestran lo que nos parecía importante y que muchas veces sigue siéndolo y lo hemos olvidado!!
Cariños!!!

Maria J. Poblete dijo...

de chica fui muchas veces al norte con mis papas y mi mama nos llenaba de comentarios sobre los cerros, sobre la inmensidad, sobre miles de detalles que hoy sigo recordando y que vuelven cuando estoy en el desierto.... estoy segura de que a tus niños les va a pasar lo mismo! Un abrazo

Natalia dijo...

Gracias María José! Al menos sé que se acordaran de mis comentarios, aunque no haya logrado contagiarlos ;)
Un abrazo.

La mujer que bota fuego dijo...

Felicitaciones!! se nota que la pasaron de película!! Muy lindas las fotografias!!

Vicky dijo...

No habia visto este post, que lindas fotos!!!!!!!!
Sin duda unas vacaciones inolvidables!