No es extraño conocer adultos que, a pesar de ser personas perfectamente "normales", tienen dificultades para contactarse con sus emociones. Muchas veces lloramos de rabia, reímos de nervios o nos enojamos porque algo triste nos ha ocurrido. Somos personas grandes y muchas veces tenemos problemas para reconocer lo que estamos sintiendo, ponerle un nombre y expresarlo adecuadamente. El origen de esta dificultad es la forma cómo fuimos criados. Muchos padres creen aún que decirle a su hijo "no pasa nada" o "no te enojes" va a ayudarlo, cuando, en realidad, lo que está haciendo es impedir que el niño aprenda a reconocer lo que siente, validarlo como una emoción normal y poder expresarla adecuadamente.
Es impresionante la pobreza de vocabulario que tenemos para hablar acerca de lo que sentimos. Los más "evolucionados" solemos utilizar unos 7 o 10 términos que se limitan al miedo, la rabia, la tristeza, el amor, la alegría, la vergüenza... y no mucho más que eso.
Creo firmemente que una de nuestras labores como padres, educadores, terapeutas y formadores es la de educar a niños más sanos emocionalmente de lo que es nuestra generación. Niños que cuenten con una amplia gama de posibilidades para expresar sus emociones, niños que se sientan con derecho a sentir lo que sienten, aunque no siempre sean emocionones o sentimientos agradables.
Es por esto que hoy les presento este set de cartas llamado "Soy y Siento". Contiene una gran cantidad de láminas con dibujos de caritas muy expresivas, y debajo de ellos aparece el nombre de alguna emoción o sentimiento. A modo de ejemplo, puedo contarles que hay una tarjeta para "asqueado", una para "frustrado", otra para "optimista", una para "deprimido", otra para "descontrolado", una para "confiado", otra para "abandonado" y así, un largo etcérera de emociones que todos hemos sentido alguna vez pero que ni nosotros, los adultos, a veces logramos reconocer y hablar de ellas.
Estas tarjetas se pueden usar de diversas formas. En el interior de su caja hay un manual con algunas sugerencias, pero sólo son eso, sugerencias. En mi trabajo con Psicóloga infanto-juvenil suelo usarlas mezcladas con algún juego de mesa, de manera tal que el niño sienta la motivación de jugar al mismo tiempo que vamos hablando de nuestras emociones. Lo que hago es que, antes de tirar el dado, por ejemplo, el niño o yo debemos sacar una carta y narrar una situación en que sentimos la emoción que nos tocó al azar. Muchas veces, los niños no saben qué significa la palabra... Y ése es un buen momento para enseñarle acerca de su significado. Por ejemplo, si al niño le toca la tarjeta que dice "frustrado" yo le explico que es lo que se siente cuando deseas que algo resulte de alguna manera, y, por algún motivo, no resulta como lo esperabas.
Afortunadamente, nuestros niños suelen ser bastante flexibles y abiertos para hablar de sus experiencias, y rápidamente evocan una situación en que se sientieron frustrados (como el ejemplo que puse) y hablan de ello con bastante naturalidad. Debo decir que para que el niño sienta que el adulto es un modelo y para mostrarle que hablar de las emociones es algo bueno y sanador, yo también participo del juego, narando situaciones cotidianas en las que he sentido tal o cual emoción según la tarjeta que me toque.
No queremos que nuestros hijos lleguen a la adultez deprimidos o reprimidos sin saber cómo llegaron a estarlo. Queremos que sean adultos sanos, que logren distinguir y hablar a tiempo de sus emociones. Y eso se logra educándolos desde la más temprana infancia.
Recomiendo esta herramienta tanto a profesionales como a padres. Al menos yo la utilizo muchísimo y he tenido grandes resultados con ellas.
Si quieres saber cómo obtenerla, pueden entrar en la página www.munditodt.cl. Se hacen despachos a domicilio o se pueden comprar en diferentes tiendas de Chile. No sé si han llegado a distribuirse fuera del país, pero, por la calidad de sus materiales, no dudo que muy pronto llegarán a otros países.
1 comentario:
Estoy de acuerdo contigo en que tenemos que educar las emociones. Tenemos que enseñar a nuestros hijos a encontrar su fortaleza interior. Un saludo
Publicar un comentario