lunes, 26 de septiembre de 2011

¿Discapacidad = Insulto?

¿En qué momento de la historia de la humanidad se nos habrá ocurrido que una forma de insultar, humillar o denostastar a alguien es atribuyéndole alguna discapacidad? Es tan extraño, que no imagino cómo llegó a ocurrir algo así.

Entiendo que si hace poco tiempo a las personas con discapacidad motora se les llamada inválidos (no-válidos), entonces, decir que otro tiene necesidades especiales, tiene que ser un insulto.

Pero ¿Porqué? ¿No existe acaso un 13% de personas que tienen alguna discapacidad? ¿No significa eso que todos conocemos o interactuamos cotidianamente con alguien diferente? ¿Cómo es posible, entonces, que hayamos aprendido que ser diferente es ser inferior?

Me enfurece, no puedo negarlo. Por mucho que pasen los años e intente entender que quien lo dice no ha reflexionado antes de hablar y que no todas las personas que lo hacen tienen malas intenciones, me sigue enfureciendo.

En programas de televisión chilenos que veo de vez en cuando, muchas veces escucho la frase "¿Acaso eres sordo?" preguntado con un tono de rabia, como si serlo fuera algo intencional y feo. Hace no mucho tiempo, una amiga me dijo algo así como "¡Pareces sorda!" en un tono de verdadera irritación, y yo no pude contenerme. Recuerdo que la miré y le pregunté "¿Y si lo fuera, ¿tendrías algún problema con eso?". La pobre se quedó de una pieza. Inmediatamente se dio cuenta que había cometido una imprudencia, pero no supo cómo explicarme lo que había dicho ni porqué lo habia hecho. Probablemente, ella misma no tenía una explicación lógica para un fenómeno que no la tiene.

Tantas veces hemos escuchado a personas insultando a otras llamándolas "retardadas mentales" o mongólicas". Tantas veces he escuchado yo ese refrán que dice que "No hay cojo bueno", como si la escencia espiritual de las personas con discapacidad motora fuera intrínsecamente mala.

Quiero creer que quienes tienen el hábito de insultar atribuyendo alguna discapacidad a otro no tienen la verdadera convicción de que ser una persona diferente es algo digno de ser destacado como negativo. Quiero creer que es sólo un hábito antiguo, arraigado en nuestro lenguaje popular y que, puestos a reflexionar, quienes lo tienen intentarían dejar de hacerlo.

Pero es importante decir que no es inocuo, no pasa desapercibido para quienes sí tenemos un hijo o un pariente muy querido con necesidades especiales. Duele, produce resentimiento, y sobre todo, contribuye a construir un mundo donde la discriminación y la falta de empatía son las reinas.

No olvidemos nunca que a través del lenguaje (ya sea verbal o gestual) construimos realidades. Que jamás se nos pase por la cabeza que son sólo palabras tiradas al aire, que no harán daño ni dejarán huellas, porque sí las dejan.

Si queremos un mundo mejor en el que todos tengamos cabida, empecemos por ser consecuentes con ese deseo.

¡Digamos no  insultar a otros llamándolos discapacitados! ¡Pongámonos en el lugar de las personas que diariamente conviven con una condición diferente, por favor! Ya son demasiados los obstáculos que deben sortear a diario como para sumar uno más a sus vidas ¿no creen?


3 comentarios:

Carolina García Gómez dijo...

WOW Natalia, comos siempre me siento identificada con vos y estoy totalmente de acuerdo. Ando de mudanza, así que ando perdida, pero prometo desatrasarme.

Las personas suelen ser muy ligeras con las palabras, no entienden eso de que al hablar construimos realidades y nombramos el mundo. Nuestras palabras reflejan quiénes somos y cómo nos relacionamos con los demás.

Cuando entendamos esto y lo interioricemos, posiblemente seremos más conscientes y respetuosos al momento de hablar. Abrazos.

M.Ignacia dijo...

Me pasa lo mismo que a ti. Me caen mal esos comentarios, pero debo reconocer que yo algún día los hice...Y hoy al leerte me preguntó porqué.
Creo que son moemntos de irritación en la que las personas en un momento de rabia, tenemos la inreíble capacidad de ver en el los demás aquello que nos molesta y exagerarlo, de ahí decir "tarado mental" o "sordo". Pero también decimos "puta" o "ordinario", es decir, es una pésima costumbre en la que exaltamos aquello que vemos o nos molesta muchísimo. De hecho, es muy común decir "viejo tal por cual" aún cuando esa persona no sea tan vieja...
Sin duda debemos enmendar y endseñarnos amablenmente para no caer en esas actitudes...

Claudio Lucero dijo...

Soy No Oyente y me importa poco, una vez Marmota (mi esposa) me dijo que una persona discapacitada supera su discapacidad cuando aprende a ironizar su problema, lo supera y lo vuelve una risa. leo los labios a la perfección y siento que me respetan en mi profesión (geólogo) lo único que siento que he perdido es a Mozart. Los arquetipos que hemos construido para definir a las personas (chino, ciego, sordo etc) son parte de nuestra índole mediocre cultural, no podemos eliminarlos pero los aceptamos con ironía porque hemos superado esa subcultura.