El método canguro con bebés prematuros consiste en poner al bebé que está estabilizado médicamente contra la piel desnuda del pecho de su madre, y dejar que permanezcan así el tiempo que sea posible.
Actualmente existen múltiples estudios que avalan los beneficios de practicar este método. Entre ellos, se fortalece el vínculo entre la madre y el niño, ayuda al bebé a regular su temperatura, favorece el ritmo cardíaco, reduce el estrés, favorece la lactancia materna y ayuda a reducir el dolor.
Este método nació en Bogotá, Colombia, como una alternativa a los cuidados en una incubadora, siendo utilizado en bebés que habían superado las crisis de salud iniciales y sólo requerían subir de peso y regular temperatura para ser dados de alta.
Mis hijos, de tan sólo 8 años y medio (no lo considero demasiado tiempo para la inquietud que plantearé a continuación) tuvieron la "suerte" de haber nacido en una de las más prestigiosas y costosas clínicas de mi país. Sé que somos afortunados de haber accedido a esta clínica en muchos aspectos, pero no en éste, es por eso que escribo la palabra suerte entre comillas.
En esos años, cuando mis hijos estaban en sus incubadoras, recuerdo haber investigado algo acerca de este método. Los estudios no eran tantos como los que existen al día de hoy, y los resultados, por lo tanto, no tan concluyentes como los que se pueden leer hoy con sólo googlear "método canguro". Sin embargo, y debido a que mi tesis para optar al grado de Psicóloga consistió en una investigación acerca del vínculo madre-hijo en niños nacidos prematuros (casualidades de la vida), recuerdo que le propuse a algunos médicos de la Unidad de Neonatología que me permitieran practicarlo.
Lamentablemente, ninguno de ellos estuvo de acuerdo conmigo. Me explicaron que era un método arcaico para suplir la carencia de incubadoras en zonas pobres en que los hospitales no daban a basto para tantos nacimientos prematuros. Y punto.
No insistí más. Claro, eran los tiempos en que yo creía que los médicos siempre tienen la razón. Eran los tiempos en que yo no tenía plena consciencia de cómo la medicina evoluciona y a qué velocidad lo hace.
Sin embargo, hoy me arrepiento de haber renunciado a mi idea. Tal vez si hubiese insistido un poco más...
Sé que en la clínica en que nacieron mis trillizos el método canguro se practica hoy en día como parte del programa de apego. Y yo me quedé con las ganas. Si bien no sabía los beneficios que tenía en cuanto a la salud del niño, mi intuición me decía que era una buena idea estar piel contra piel con cada uno de ellos.
Lo lamento mucho. Lamento no haberle creído más a mi intuición de madre. Sólo después de muchos porrazos llegué a confiar en mí como lo hago hoy. Pero para eso necesité, como toda madre, equivocarme ésta y muchas veces más. A golpes comprendí que la intuición de una mamá a veces puede más que la sabiduría de mil médicos.
Un buen médico escucha a la madre con atención, sabe que ella conoce a su hijo mejor que nadie, y cree que su opinión es importante. Afortunadamente, he encontrado uno de esos raros especímenes para mis hijos. Si encuentra uno, no lo suelte, amárrelo a ud. y acuda a él cada vez que su intuición le diga algo.
9 comentarios:
Recuerdo que cuando mi hijo nació (parto natural, 40 semanas y todo eso) me enamoré perdidamente de él... Cuando mi princesa nació (por cesárea de urgencia, 30 semanas, 1,512 Kg y demases) no pude mas que quererla de lejitos.... y eso me dolió, me culpé mucho y no quería quererla menos que a su hermano cuando nació.... Eso hasta que tuvimos canguro...
Se supone que al llegar nuevamente a 1,5 kg, nos permitirían canguro, pero mi princesita mapuche, como buena hija de la tierra que es, se las ingenió para que al kilo 300 nos permitieran tocarnos tan intimamente... y al hacerlo no podía evitar bañarla en leche de felicidad, asi que aunque debía esperar al kilo 800 para mamar, ella no quiso esperar nada, y se prendió a mi pechuga tan rápido como se prendió a mi corazón...
Gracias por traerme tan gratos recuerdos del canguro que adoraba y lamento profundamente que el desconocimiento "profesional" no les haya permitido a uds y otros tantos papás disfrutar tan sublime momento...
Un abrazo!
¡Qué lindo relato, Ale! Así debieran ser todas las historias de los niños nacidos prematuros, complicaciones aparte, claro.
Un abrazo.
No tuve suerte tampoco con poder apapachar a mi enana cuando nació... 43 días en incubadora y sin poder siquiera tocarla... fueron días difíciles.. todavía extraño ese "primer contacto"...:(
Qué pena, porque es verdad que es tan precioso... Y lo que te ayuda a sobrellevar esos momentos de UCI tan duros... Pero no te dieron la posibilidad, a veces los avances son lentos... Qué recuerdos de cangurear, qué sentimiento... Âhora eres una mujer mucho más madura y que ha aprendido a confiar en sí misma, porque lo está haciendo tan bien... Un abrazo.
Excelente!! La mamá es todo para los BBs!Yo no tuve ningún problema con los nacimientos, pero adonde voy los llevo en el marsupio; un poco por practicidad, pero mas aún porque está conmigo!!! Acá!
Mis hijas no tuvieron problemas al nacer, pero la más pequeña tuvo muchos problemas de salud (propios de los niños con síndrome de down). En esos momentos no sabía de la teoría de mamá canguro, pero sí seguía mis instintos. Así, a través de tubos y cables, mantenía a Meli junto a mi cuerpo en todas las internaciones que tuvo. Y tuve la fortuna de toparme con profesionales que me decían que mi hija se recuperaba y salía adelante gracias a mis caricias. No sé si es cierto, pero me gusta creer que sí. Y hoy la disfruto, con sus 5 añitos, agradeciéndole a Dios por dejarla a mi lado.
Me encanta tu blog, y aunque no comento, no puedo dejar de leerte.
Toda mi admiración,
Claudia, mamá de Melina
mi voto en premios bitacoras.Espero que tengas suerte
Un saludo
Gracias Ramón! No sabía nada de los premios bitácora. Haré mi campaña para que voten por mi blog ;)
Hola!! Si en todos los lugares pudieran sostener a los prematuros en brazos cuanto subiria la estadistica de supervivencia.
Hice Enlace a esta entrada desde mi blog, en una entrada de portabebes!
Besos!! Irene
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