Todo niño necesita límites y normas que lo ayuden a saber a qué atenerse. Alguna vez escuché una metáfora muy linda que decía que este asunto de los límites es como tener un pez en una pecera. El pez es el niño, el agua es el amor de sus padres y la pecera son los límites que ellos ponen. Sin la pecera, el agua se desparrama. Los límites contienen al niño, lo ayudan a aprender a autoregularse y a sentirse cobijado y amado.
Paulatinamente, a medida que madura, él mismo va a ir introyectando y haciendo propias las reglas básicas que sus padres le han enseñado, por lo que cada vez necesitará menos asistencia del exterior para encontrar el modo de autoregularse.
Paulatinamente, a medida que madura, él mismo va a ir introyectando y haciendo propias las reglas básicas que sus padres le han enseñado, por lo que cada vez necesitará menos asistencia del exterior para encontrar el modo de autoregularse.
No se trata de tener normas rígidas para todo, sino de hacer que el mundo sea más o menos predecible para nuestro hijo, lo que lo llevará a sentir que vive en un hogar calientito y acogedor, en el que la angustia no es pan de cada día.
Un niño cuyos padres no son claros y consistentes en cuanto a las normas de convivencia y los hábitos, vivirá más ansiedad y menos sensación se vivir en un mundo que es bueno y contenedor para él.
Y cuando se es madre múltiple, las normas se vuelven más necesarias aún. Ya no sólo por el niño, sino por la conservación de la salud mental de los padres. Tener dos o más niños pequeños desbordados en la casa puede ser una experiencia muy traumática y agotadora. Por eso, los padres múltiples solemos volvernos muy ordenados con los horarios y muy organizados con los espacios. La vida se vuelve algo militarizada poque no hay otra forma de sobrevivir a la experiencia de tener varios bebés o niños pequeños al mismo tiempo.
Mirando las fotos de mis hijos, me doy cuenta que el caos no siempre fue tal, que muchas veces se comportan y se comportaron como niños ordenados y civilizados. No quiero decir que no hablen todos al mismo tiempo, que no hagan travesuras, que no se quejen cuando viene la hora de sentarse a hacer las tareas, que no desafíen las reglas... Son niños como cualquier otro y tienen derecho a serlo. Pero sí están acostumbrados a que una orden de la mamá es una orden que debe cumplirse. No podría haber sido de otra forma. Yo no hubiese sobrevivido si no hubiese sido así.
Pienso que es bueno que los padres que recién comienzan en la aventura de tener hijos múltiples sepan que se puede (a veces) lograr tener cierto orden y armonía en el hogar. No creo que sea bueno asutarse y, a causa del miedo, dejar que la vida se vuelva caótica en una casa sin reglas ni límites.
Aquí les dejo una selección de fotos de mis hijos ordenaditos. Verán que en todas ellas se ven contentos y tranquilos. Nadie los ha torturado para llegar a ser hijos relativamente obedientes y tranquilos. Esto es posible de lograr (no siempre, sólo en algunas ocasiones, insisto).
Una tarde de verano después de la piscina
Un día cualquiera a la hora de la comida (no es que los tres coman del mismo plato, sólo que a uno solo de ellos le faltaba terminar).
Viendo tv en la cama de los papás.
En nuestro jardín un día que nevó en Santiago (evento muy poco común)
Con el papá mojándose los pies en la playa.
Vestidos para celebrar el 18 de Septiembre (las fiestas patrias en Chile).
Jugando tranquilos en el jardín en pijama.
En la casa de los primos jugando a las muñecas.
Sentados en sus "motos" un día de otoño.
Vestidos para su bautizo.
Sentados sobre una cama posando para la foto.
17 comentarios:
Una reflexión con la que estoy plenamente de acuerdo. Los límites son necesarios y no han de verse como algo negativo ni restrictivo. Me ha encantado la metáfora de la pecera
Tienes unos hijos maravillosos...
Y te encuentro toda la razón los limites, los horarios, las rutinas son muy necesarias para los niños y para los papás :)
Pues mira que bien! pensé que yo era la única "atrasada" que pensaba que los límites y la disciplina son sinónimos de amor!.
El amor no tiene porque significar "dejar a tu aire". Somos responsables de darles unas pautas a nuestros hijos, y dichas pautas les facilitarán o no la convivencia en sociedad.
Me encantó.. veo que tenemos mucho en común.
Muy de acuerdo..... pasa que con la paternidad especial a veces cuesta más el tema de los límites y uno tiende a ser más condescendiente... las fotos están preciosas!!!!
Pero que manera de estar de acuerdo contigo!!!, con esto de la crianza con apego y deque a los niños hay que dejarlos ser, me sentia en el siglo pasado con mis pensamientos de que los limites son totalmente necesarios....
Gracias por esta entrada!!
Qué guapos son los tres!! eres muy afortunada...
Tienes razón, sin los límites la casa es un caos...
Se pueden imponer límites con amor y sentido común. Y cuando uno es coherente, los niños ni lo notan...
Besicos!
que lindas fotos! en mi familia me dicen Sargento, jejejej debe ser porque soy la única que pone orden! jajaja No soy pesada pero me gusta que los niños aprendan sobre el respeto y la educación, como responder bien, saludar cuando se llega a un lugar, decir gracias, ayudar a otro, no ser egoísta .. en fin pequeñas cosas que hacen la diferencia al final del día creo yo!.
:D
Con los limites estoy super de acuerdo, pero seguro que sera un malestar de mi maternidad mas adelante. Casi nunca les digo que no a los mios, y cuando lo hago lloran....espero que mas adelante dejen de tomarlo tan a la tremenda...no?
que lindas fotos me emocine, son un amor te felicito...saludos,
Es una princesa ella =)
Me encantan tus palabras, yo sólo soy tía y me cuesta un mundo ponerle limites a mi sobrina, yo feliz la malcriaría todo el día =S .. sólo espero no ser así con mis hijos si los tengo alguna vez =)
Saludos!!
Hola todas!!!! Gracias por su comentario.
Por cierto, después de publicar el post me acordé de otrs metáfora que también me gusta: es que poner límites es como rodear a los hijos con los brazos y marcarles con ellos por dónde pueden moverse. Es decir, poner límites es como un abrazo :))))
Un beso para cada una.
Yo creo que sin límites sería imposible vivir, con tres hijos uff imposible. Yo siempre les digo, te digo que no porque te quiero, lo que está claro es que no podrán tenerlo todo en la vida y tiene que aprender a valorar las cosas, y a vivir en sociedad, es nuestra responsabilidad como padres enseñarles, por eso me da un poco de miedo esas corrientes de dejarles hacer todo, eso no es educar desde mi punto de vista, se puede poner límites con amor
Me acabo de dar cuenta que no te seguía (bueno en el grupo sí). entré para decirte que voy a compartir esta entrada en el twitter a un padre de 3 que acaban de nacer y en mi pag de facebook. Un abrazo..
100% mama, le quiero decir, que yo creo que la crianza con apego no riñe en nada con la disciplina y los límites (por lo menos yo así lo veo).. todo con mesura y sin extremismos.
Hola Catalina. Gracias por compartir mis entradas!
Sí, conozco a Papáde3, pero no entra mucho a mi blog porque se asusta un poco (uno de mis hijos tiene secuelas y además yo hablo de los aspectos tristes y frustrantes de mi maternidad sin tapujos). Yo lo comprendo perfectamente, no quiere sentirse abrumado antes de tiempo ;-)
Y sobre lo de la crianza con apego, a mí también me parece que a veces está reñida con poner límites. Pero me imagino que, como en todo, hay personas fanáticas que "empañan" una teoría mucho más compleja de lo que ellas la ven.
Un abrazo.
Muy buena reflexión y qué lindas las fotos.
Yo tuve la fortuna de tener mellizas y hoy están cerca de sus 13 años. Creo firmemente que mas que seguir cualquier teoría "extrema" de crianza o de vida, debemos como padres ser conscientes que lo mas importante es el balance en todo sentido. "Ni mucho que quema el santo ni poco que no lo alumbra" (no se si conocen ese dicho pero para mi es muy claro). Ese balance no es fácil de adquirir, sobretodo para madres
(algunos padres también), responsables que deciden dejar de lado sus carreras y trabajos para dedicarse de lleno a sus familias y mucho menos hoy en día con todas las retos y exigencias del mundo en que vivimos.
Creo que el apego, las reglas, rutinas y demás son extremamente importantes, así como lo es el amor, la comprensión y la consideración de las necesidades individuales de cada uno de nuestro hijos. Debemos dedicarles "mucho" tiempo, una guía constante y permanente con una excelente comunicación. Son niños tan poco tiempo y todo lo que les demos en su infancia es la clave para el mañana.
El tiempo que les dedicamos les da seguridad y sentido de pertenencia del lugar que deben ocupar en el mundo. El mundo es de ellos, deben aprender que son importantes para el. Nuestro tiempo, nuestra dedicación y nuestro amor son indispensables.
Es cierto que mientras damos tanto de nosotros perdemos un poco al mismo tiempo, es ahí donde un buen balance entre su tiempo y el nuestro propio es fundamental. Un trabajo o estudio de medio tiempo o actividades que nos nutran y que sintamos que seguimos siendo parte activa de la vida son fundamentales para evitar nuestras frustraciones.
Ufff acabe!
Hola Mónica. Estoy absolutamente de acuerdo contigo en todo, todo lo que dices. Yo tengo la fortuna de poder trabajar sólo 3 veces por semana y dedicar bastante tiempo a mis hijos. Ojalá todas las madres y padres tuvieran la opotunidad que yo tengo.
UN ABRAZO,
Natalia.
Hola! Antes que nada, bellísimos tus hijos! se les ve muy bien y felices!
Estoy de acuerdo con que los límites son necesarios. Tal vez le llamaría como le llamó una vez una autora, "normas", pues ordenan y organizan la vida. Suelo utilizar la misma metáfora del agua cuando quiero hablar de ello.
Creo que se puede hablar sin problemas de crianza con apego y amor, y los límites. Para mí no son contrarios, sino complementarios. Poner límites o enseñar normas es criar con amor. El tema, como siempre y como en todo, es el cómo. Porque criar con apego sin poner límites, dejando hacer cualquier cosa... tampoco es amor. Los niños poco a poco tienen que ir, nos guste o no, adaptándose al mundo, y mejor si nosotros le enseñamos el modo y no que luego la vida se lo marque a los "golpes" (por las malas, quiero decir).
Veo las fotos de tus tres hijos, y te admiro. Yo tengo uno solo de dos años y dos meses, y es tremendamente inquieto... no sé qué haría con dos o tres iguales (bueno, encima soy mamá sola, será por eso).
Besos!
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