Mientras mis hijos estuvieron en la Neo, el mundo se dividió de manera radical entre lo que me importaba y lo que no. Y todo lo que me importaba estaba adentro, entre las paredes de ese micromundo con su particular olor, temperatura, luz y sonidos.
No es que mis seres queridos de afuera hayan dejado de ser lo que eran: queridos, pero dentro de la Neo había tres frágiles seres luchando por vivir a los que me debía por completo. Poco importaba si afuera las personas seguían caminando tranquilas por las calles, tomando café, yendo a sus trabajos, divirtiéndose con los amigos, comprando o lidiando con problemas que, en ese momento llegaron a resultarme absolutamente intrascendentes.
Dentro de la Neo estaba toda la parte del mundo que tenía sentido para mí, todo que amaba, todo lo que realmente importaba. Porque ahí dentro pagar las cuentas, llegar tarde a una reunión o perder un novio no eran problemas. En la Neo los problemas eran, literalmente, de vida o muerte. Había cosas realmente importantes en las que pensar y sobre las cuales mantener el alma ocupada.
Y nadie más que mi marido y yo compartimos ese lugar. Tenían vedada la entrada los abuelos, los tíos, los primos y los amigos. Era un mundo que nos pertenecía sólo a nosotros 5. Fuimos cómplices de una vivencia irreproducible que no había cómo explicar. Ni ganas teníamos de intentar hacerlo.
Decidimos temprano, durante los primeros días, que no compartiríamos con los de afuera las noticias, los avances, los retrocesos, los problemas y las alegrías. El leguaje verbal no nos alcanzaba para narrar un mundo tan radicalmente diferente y complejo. No había como hacerles saber a los de afuera que la guagua de la incubadora del frente estaba muriendo y que había un médico sentado frente a su incubadora desde hace 14 horas sin pararse ni para ir al baño. No había como explicarles que todo lo que nos había importado y que habíamos compartido con ellos, ya nos parecían ridiculeces frente a la experiencia profunda de visitar diariamente ese lugar casi sagrado en el que estaban nuestros tres hijos luchando por vivir.
Creo que así fue como empecé a alejarme del resto. Mi amigas, mis queridas amigas, a las que he recuperado después de unos años, a veces bromean diciendo que me perdieron. Y sí, en parte tienen razón: en la Neo perdí a la mujer que fui, y demoré años en descubrir a la que salió de allí.
Que tu mundo de divida en dos y no poder compartir con otros la parte de él que realmente te importa es duro. Nadie está preparado para la vida en una Neo, aunque haya leído todo lo que encontró en internet, aunque haya intentado pensar positivo y seguir haciendo la vida lo más cercana a la normalidad.
La vida en la Neo parte el mundo en dos y divide la vida entre un antes y un después. Nadie que entre allí puede salir siendo el mismo. Es demasiado intenso, es simplemente inexplicable.
Si tienes un amigo o amiga cuyo hijo está en la Neo no lo juzgues, no preguntes demasiado, no lo atosigues ni lo critiques por no compartir contigo la vivencia. Tal vez, como nos pasó a nosotros, simplemente no puede hacerlo porque no encuentra las palabras para nombrar lo que se siente y se vive adentro. Ya saldrá y logrará reconstruirse, por muy dura que haya sido la experiencia. Ya podrá hablar de ella y explicar con mayor claridad lo que sintió. Tal vez necesite, incluso, escribir un libro o un blog para ponerle nombre a las ideas e intentar ordenarlas. Tal vez necesite años para digerir y llegar a intentar explicar lo inexplicable.
12 comentarios:
Nunca he sido una persona muy sociable, pero después de mi experiencia en Neos (3 clínicas distintas), quedé más sola que antes.... me conmueven mucho tus palabras, lo viví tal cual.... incluso cuando me iba de la Clínica y miraba a las personas en la calle, recuerdo haber pensado en cómo era tener una vida "normal"..... y mi vida cambió para siempre, y ahora es normal, pero muuuy distinta. Varias amistades se perdieron, incluso con mi amiga más cercana nos alejamos hasta el día de hoy.... tal vez nos reencontremos más adelante. Y surgieron nuevos afectos, y perduraron algunas amistades. En fin..... tienes razón, algo tendré que hacer para reordenarme y redescubrirme. Gracias como siempre Natalia!
es cierto... no hay como explicarlo, pero si bien perdi contacto con mis amigas cuando tuve a mi bb internado hasta su primer mes, siempre supe que ellas estuvieron conmigo y afortunadamente lo siguen estando, aunque ahora mi niño bello tiene mas de un añito y ya paso ese miedo y ese anhelo por verlo grande y fuerte pronto... gracias amigas lindas!! las quiero muchisimo
Muy bien escrito, Natalia, y es algo tan difícil ya que lo sentimos y llevamos dentro, muchas veces sin percatarnos, y llevarlo a palabras es más difícil aun...
Yo tampoco volví a ser la misma, nunca. Pero no sé si me estoy ya 'reencontrando' con la gente del otro lado, la verdad es que todavía me siento muy lejos de las madres qeu se preocupan por cosas que en mi perspectiva son menores o hasta ridículas. Lo que tampoco debe ser así, sus problemas son igual de válidos...
En mi caso no es tan específicamente la "Neo", pero me parece una buena metáfora de la paternidad especial ;)
Un abrazo, amiga, excelente post.
Como madre de una hija que estuvo en la Neo al lado de sus hijitos, les cuento que desde fuera, al comienzo yo viví esa etapa en una ignorancia rayada en la esptuidez,me envolví en una confianza tremenda en la tecnología, en los médicos, en los avances de la ciencia, en fin...mil frases y palabras convenientes de creer y escuchar.
Sin embargo, pasaban los días y algo te hace intuir que las cosas no pueden ser todas color de rosa. Más aun cuando las estadísticas te dicen que de tres guaguitas, a una al menos le puede pasar alguna adversidad.
Como abuela y mamá, hubiera preferido pasar esa etapa más informada, sin embargo comprendo que para la Natalia y Pancho, narrar día a día cómo iban las cosas en la Neo, era una carga adicional que no quisieron ni pudieron asumir.
Más de ocho años han pasado,y aunque sea muy tarde, les digo que hubiera querido ser útil en esos días, pero si se piensa bien, nada podía hacer más que rezar,. Y eso hice.
Los quiero !!!
Me imagino las palabras de la M.Ignacia como la de algunas de mis tías y primas cercanas..... en el fondo uno sabe que hay personas con tantas ganas de apoyar y ayudar!!!! Aunque en ese momento uno no parece "dispuesto" a recibir cariño, se percibe y se agradece muchísimo!!!! y más adelante se valora y muuuucho!!!!
Carme Gloria: María Ignacia es mi mamá :)))) Ella quería estar más presente que nunca, pero la situación no lo permitió.
Ahora es la abuela más presente, cariñosa y cercana que te puedas imaginar. Todo tiene su tiempo y su ritmo :)))
Natalia,
leo tu historia y vuelvo al pasado,9 años atrás.. Recuerdo que April nació el 18 de setiembre, 7 días más tarde el atentado contra las torres gemelas en EEUU, todo el mundo aterrado, y yo sentía que estaba en una burbuja dentro de NEO o CTI de niños como le decimos nosotros. Del exterior me importaba poco y nada, hasta me olvidaba de bañarme o comer, no queria salir de ahi, quería quedarme para siempre con ellas. Volver a casa era una tortura por la noche, pero a veces era como que no era yo la que dormia sino otra persona, y que la verdadera yo, seguia ahi dentro.
También me pasaba que entre tanta cosas médica, explicarle a toda la familia que pasaba , me aturdia, eso fue más con Romina, porque con ella tuve el doble de complicaciones que con April.
Desde esos días, todo en mi cambió, ya no era la frágil andrea, tenía que ser un árbol de eucaliptus! frente a todo!.
Saludos
Hola a todos!!!! Por alguna razón que no sé explicar, este post ha tenido muchos comentarios, pero la mitad de ellos fueron escritos en el facebook del blog. Me gustaría que, si pueden, los hagan aquí, porque quedan guardados para siempre... En facebook, los comentarios van desapareciendo con el tiempo :(((
Al parecer, la experiencia que narro es común a todas las madres y padres que vivieron los días de la Neo. El único comentario diferente es el de una abuela, mi propia mamá, que hubiese querido saber más o estar más cerca. Pero ella sabe, ella entiende lo que pasó con nuestras almas. No fue falta de interés en ella, simplemente la necesidad de enfocacar TODA nuestra energía en nuestros hijos.
Gracias por compartir sus experiencias. Sé que a veces es doloroso recordar. Pero también sé que compartir te hace sentir mucho más acompañado.
Grandes abrazos.
Como tu, pasamos un largo tiempo en la Neo, mas de 5 meses, terribles y dolorosos, cada post tuyo me vuelve a traer los recuerdos de lo vivido, que tengo en fotos de cada dia y cada estàpa vivida y si es verdad, es muy dificil de compartir... pero la verdad, una de las cosas que a mi me ayudo a sobrellevar esos momentos fueron mi familia y mis amigos, los hicimos participes de todo el proceso, toda mi familia, la de Felipe y algunos de mis mejores amigos, pudieron entrar a conocer a la Cata y de esa forma comprender por lo que estabamos pasando, compartir el dolor y la inecertidumbre y tambien los avances fue bueno para nosotros y tambien la pudieron querer y hacerla parte de sus vidas desde el principio..el dia del alta partimos todos en caravana a dejarnos a la casa y esas fotos y videos, que hemos mostrado a la Cata desde un principio, nose a mi me a la sensacion que a pesar de los doloroso que todo fue, seran recuerdos tambien para ella de que a pesar del dolor y de que hay cosas muchas que son instransmitibles , estuvo acompañada y hubo momentos felices a pesar de todo..
Fran: tuviste mucha suerte, y además fuiste my sana emocionalmente.
En nuestra época, en la misma clínica, no había permiso para que entraran los abuelos ni siquiera. Mi papá entró el 2° o 3° días porque le rogamos a José Luis y, creo, que más que ayudarnos, nos dolió ver su cara de shock. Le impactó verlos, aunque no dijo una sola palabra...
Tal vez si hubiésemos permitido el paso físico y emocional de nuetros familiares y amigos, las cosas hubiesen sido diferentes para nosotros, pero lo hicimos lo mejor que puedimos. Nos abrumaba demasiado la gente, sus opiniones y sus angustias. :(
Un abrazo,
Hola Natalia, acabo de encontrarme con tu Blog, soy mamá de 2 milagros, el primero nació a las 28 semanas pesando un kilo después de 57 días en la UCIN llegó a casa, en septiembre cumple 4. Mi segundo milagro tiene un año 8 meses y nació de 890 gramos, es una guerrera, tiene pocas complicaciones estuvo 68 días en UCIN, me gustaría mucho ponerme en contacto contigo.
Natalia como he llorado con este post. Es tan literalmente exacto a lo que sentí lo que describes, que me parece que lo he hecho yo.. Recuerdo la imagen cuando yo atravesaba para ir al autobús por el corte inglés (asi era mas corto el trayecto hacia la calle que iba), y miraba a todos y todas las cosas com TAN BANALES, TAN SIN IMPORTANCIA TODO lo que se vendía todo por lo que la gente andaba por allí. En fin. Yo siempre he dicho que para mi ha sido muchísimo mas dura esa expriencia que toda la noticia y vida posterior a partir de saber que existía una discapacidad en ella. Una experiencia absolutamente desgarradora e inolvidable.
Muy lindo post!
un saludo
KENIA
Publicar un comentario