jueves, 10 de noviembre de 2011

¡Ahora la Grande Soy Yo!

Yo siempre me siento chica. Quiero decir que no soy la adulta que todo lo sabe y todo lo puede resolver que imaginé cuando era niña y proyectaba la Natalia que sería. A veces me ocurre que me miro en perspectiva y pienso algo así como "¡Soy grande, soy la mamá, la que debe proteger y saber! ¿Cómo puede ser si todavía me siento igual a como me sentía hace 20 años atrás?". Ya aprendí que nunca llega esa sensación interna de adultez y de ser capaz de todo. Cuando era niña creí que algún día llegaría una especie de iluminación que me haría sentir segura y capaz. Y no fue así.

Pero hay momentos en que sí me siento grande, o al menos tengo la consciencia plena de deber actuar como adulto. Eso fue lo que me ocurrió el 27 de Febrero del año 2010.

El último terremoto que hubo en mi ciudad fue el año 1985. Yo tenía 9 años y mis padres se hicieron cargo de mis hermanos y de mí. Ellos nos dieron las instrucciones de dónde ponernos, ellos nos explicaron lo que había ocurrido, ellos sabían, ellos nos protegían.

De todos modos, después de ese terremoto me quedó como secuela un miedo a los temblores. Cada vez que venía uno me levantaba, me ponía en alerta, abría bien mis ojos, en fin, me asutaba. Siempre fue así.

Hasta que llegó el enorme terremoto del año 2010. Fue a las 3: 14 de la madrugada y su intensidad fue de 8.8 en su epicentro. Nunca había vivenciado una expresión natural tan potente. Y, además, lo agravaba el hecho de estar completamente dormida cuando empezó.

Sin embargo, a pesar de mi temor, a pesar del ruido tremendo, de la sensación de no poder mantenerme en pie, de las chispas que salían de los cables de la calle y de la ampolleta de mi propia casa, actué como grande, lo hice como mamá.

Mi hija estaba esa noche durmiendo con mi madre, por lo tanto, habíamos sólo dos niños y dos adultos en nuestra casa. Recuerdo que desperte al papá de mis hijos, lo empujé hacia sus camas y le indiqué que tomara a  uno de ellos mientras yo tomaba al otro. Nos pusimos bajo los dinteles de las puertas y ocurrió: en medio del movimiento de tierra más grande que he vivido,tuve plena consciencia de ser adulta, de ser la mamá, la responsable de salvaguardar a mi familia. Recuerdo haber tenido la lucidez para pensar "si me pongo a gritar o muestro alguna reacción descontrolada, mis hijos quedarán traumados. Debo mostrarme segura y calmada. Debo actuar como si supiera que todo va a estar bien". Todo esto mientras la tierra se movía bajo mis pies, mi corazón latía a 1000 por hora y le iba diciendo a mi hijo que estuviera tranquilo, que era un terremoto pero que pronto iba a pasar.

En general, siempre digo que soy una persona que reacciona torpemente frente a las emergencias. Pero ese día supe que cuando eres la grande y lo sabes, naturalmente surge de ti el instinto de proteger, así, espontáneamente, sin pensarlo.

Después de un terremoto se habla durante meses del evento, y cada uno cuenta dónde estaba, lo que pasó y lo que sintió. Yo sólo pude decir que sentí la responsabilidad de ser la encargada de cuidar a mis pollos. El miedo, la ansiedad, las fantasías catastróficas tuve que guardármelas en un bolsillo. Recién tres día más tarde pude llorar un poco y reconocer que sentía una tensión que hasta entonces no había sentido. Pero en el momento mismo el instinto materno fue más fuerte que nada. ¡Ahora la gande soy yo!






15 comentarios:

Chitin dijo...

Yo pensaba que había actuado de "madre" de mi hermano muchas veces, aunque no me daba cuenta de que realmente estaban mis padres detrás.
Cuando nació nuestro peque me dí cuenta de que él dependía de mí, no fue iluminación, sino una sensación de protección, mi marido se durmió exhausto, pero yo permanecí toda la noche despierta, con el chiquitín en brazos, dándole calor, mirándole. Llevaba en pie desde las 6 de la mañana que empezaron las contracciones ... pero no me sentía cansada, lo que sentía es que tenía que cuidarlo, arroparlo, no podía dormirme.
Y sí, creces de repente, esa noche se movió una generación, mi madre se convirtió en abuela y yo en la mamá.

MisMellis dijo...

Natalia yo he sentido esa sensación que describes hace unos meses (evidentemente nada comparado con lo que tu viviste), simplemente me sentí adulta un fin de semana en que Repollete y Princesita tubieron fiebre... casi 40 grados... tube miedo, sentí que dependían de mi, me sentí impotente por no poder hacer mucho, empecé a verlos como mi responsabilidad, me sentí adulta...
Ante grandes catastrofes como un terremoto nos superamos, finalmente siempre somos más fuertes de lo que creemos.

Padrestresado dijo...

Probablemente es porque es mas un instinto que una sensacion, a mi me pasa algo parecido, me veo por fuera y aparento la edad que tengo...pero se que por dentro soy muy parecido al que era con 20 años, aunque tambien se, que si la cosa se pone fea no me quedo hecho un ladrillo llorando en un rincon, y la verdad es que me da confianza!
Un abrazo!

Natalia dijo...

Hola Chitin. Qué lindo cómo lo describes. La verdad es que desde que los hijos nacen, nace esa sensación de que hay un ser humano que depende de ti, te entiendo. Tantas noches en vela cuidándolos cuando han estado inquietos o enfermos... Pero frente a una situación tan extrema como un terremoto, la consciencia es lo que "se me iluminó". Porque, siempre sentí que ellos dependían de mí, pero nunca lo supe con tal certeza.

Hola MisMellis: Sip, de repente se siente la responsabilidad de la maternidad. Y en mi caso, no fue desagradable, no fue una carga, fue una reacción instintiva, muy animal.

Hola padrestresado: yo creo 100% en que es instinto. Si hubiese sido yo, la Natalia racional y humana, hubiese reaccionado de otra forma. Pero la Natalia animal emergió, y eso, como dices, da confianza.

Un abrazo a cada uno!

trestrillistigres dijo...

Yo siempr ehe sido más adulta de lo que me ha tocado. He cuidado de mis hermanos, sobre todo de mi hermana desde pequeña y esa carga temprana me hizo hacerme la mayor a la fuerza. Por eso no he notado gran cambio al ser madre. Soy la adulta de mi casa, porque mi marido sigue siendo ese niño grande, quizá porque soy yo la que ha tomado ese roll y él se ha acomodado a eso, o porque tiene 6 años menos que yo, o porque ha tenido otro tipo de vida con 8 hermanos mayores que él.

Natalia dijo...

Hola trestrillistigres. Yo también fui hija "parentalizada". Hija mayor de padres separados que se hacía cargo de sus hermanos... Hasta viajaba en tren de una ciudad a otra a visitar a mi padre a los 12 años cuidando a dos niños de 8 y 6. Pero siempre, como dice Chitin, sentí que mis padres estaban detrás de mí, aunque no siempre estuvieran físicamente presentes.

Ahora no... Bueno, cuento con el apoyo de mis papás, pero la que está a cargo soy yo, y eso se me hace más patente en algunas situaciones, como ese día del terremoto. Feu como si mi consciencia se hubiese abierto al compás de la tierra.

Un abrazo!

Unknown dijo...

Hola Natalia, como vivi en Chile se como te sentís respecto a los temblores, y con respecto a que te pasen esas cosas siendo Madre y teniendo a tus hijos contigo.
Imaginate esta situación: venir de un país que las "catástrofes naturales" no existen porque en Uruguay no hay placas, no hay huracanes, no hay volcanes, no hay tsunamis, ni tornados.Y verte en el país más sísmico del mundo, donde sabes mejor que yo,que falta muchaaa información turística y para los ciudadanos tambén, para informar qué hacer en un terremoto.
Mi primer miedo fue que en Viña del mar se sintió un temblo que duró unos segundos de unos 5.5. Fue la primera vez que en mi mundo se movía la tierra y corrí a sostener a las nenas también debajo del marco de la puerta. No sabía en ese momento si eso iba a seguir, en ese momento mi ex esposo no estaba, y los teléfonos obvio que saturaron.
Yo también tuve esa misma sensación de ser la adulta, y actuar como adulta, y poner mi mejor cara de adulta, porque siendo una madre adolescente y crecer junto a mis hijas me hacen conservar esa fase de niña aún.
Claro que ese día ni otro se compara con la madrugada del 27 y sus siguientes día.
Pero nunca estuve tan cerca de sentir algo que escapaba de mi , como "peligroso" .

Y sin dudas estas son experiencia que quedan y le quedan a tus hijos, así ellos pueden tomar tu ejemplo en momentos de más tensión... y esperar así que imiten como actuar no?

Saludos!!!

Natalia dijo...

Hola Andrea! Bueno, entiendes de qué hablo! Aunque tengo que reconocer que estoy tan acostumbrada a los temblores que siempre pienso que los huracanes deben ser mucho peores... Ahí si que no sé si podría mantener mi actitud de madre protectora.

¿Sabes? Me siento orgullosa porque, como resultado, mis hijos no le temen a los temblores. Saben cuál es la zona de seguridad en su colegio y caminan con toda calma hacia ese lugar cuando tiembra. ¡Logré no traumarlos!

Un abrazo grande!

Pequeña Insurrección dijo...

Enhorabuena Natalia, es una sensación fantástica saber que, aunque no lo creas, cuando llegue el momento estarás a la altura. Es la base de la confianza en uno mismo y le da a tus hijos la seguridad de poder contar contigo.
Un abrazo!!

Ale dijo...

A mi me ha pasado que en casos de accidentes y cosas de terceros, entro en shock y me colapso por completo, no atino a nada y mi marido es el que reacciona y es capaz de llamar a servicios de emergencias, hacer maniobras de primeros auxilios, etc...
Sin embargo, en enero de este año, tuvimos un accidente automovilístico horrible. Viajaba con familiares y mis dos niños, sin mi marido, o sea, tuve que "apechugar" sola. No lo tuve ni que pensar, fue tomarlos a los dos, calmarlos, revisar heridas, daños físicos y luego abrazarlos, abrigarlos, bajarlos del auto y ponernos en un lugar seguro. Luego la ambulancia, el hospital, curaciones, radiografias y camino a casa.... No se sintió tan mal como yo pensaba, me hizo darme cuenta que era capaz (un gran miedo que yo tenía) de hacerme cargo de la situación. Fui capaz de estar entera, funcional, cariñosa y todo lo que ellos necesitaron, incluso de calmar a la conductora causante del accidente entre medio...
Fue una experiencia espantosa, que hasta el dia de hoy me hace tiritar al viajar, sin embargo me pude probar a mi misma que puedo, que teniendo apoyo lo tomo, pero al necesitar ser yo quien está a cargo, lo hago y lo hice muy bien! No todo es malo, no?
Un abrazo!!

Natalia dijo...

Nely; Es cierto, y eso me hace sentir muy bien. ¿Eres Psicóloga? Hablas como si lo fueras, jejejeje!

Ale: Seca! Yo no he tenido situaciones así con mis hijos. Una vez mi bisabuela se cayó al suelo y yo salí arrancando en vez de recogerla. Imagínate lo mal que reacciono!!!! Pero me tinca que sola estando con mis hijos actuaría como tú, o tal vez no TAN bien, pero de manera funcional. Bueno, espero no estar en una situación así nunca.

Un abrazo para cada una!

Patricia dijo...

También he sentido esa sensación de representar una edad que interiormente no tengo... pero el ser madre me sirvió para enfrentar situaciones con otra mirada.. mi experiencia ese día de febrero en otras circunstancias habría sido traumática, ya que producto del fuerte movimiento se desprendió uno de los pilares de mi habitación y quedé encerrada mientras todo se venía abajo... afortunadamente junto a mi dormia mi hijo y me vi en la necesidad de transmitirle tranquilidad, intentaba calmarlo sosteniendolo en mis razos mientras con la otra mano hacia esfuerzos para abrir la puerta... cuando logre abrirla intente caminar hacia la salida y cai con él, no me importó cortarme todos los pies y los codos con los vasos de la vitrina que se habían caído, solo quería ponerlo en un lugar seguro... cuando pasó todo y el con dificultad volvió a conciliar el sueño, ahí recién me di el tiempo de pensar en mi propio temor, llorar por la lejanía y la poca información del estado de mis seres queridos, pero con la tranquilidad de que en el momento que él me necesitó no dudé ni un segundo en estar ahí.

Natalia dijo...

Patracia: Qué lindo lo que lograste y qué traumático fue el terremoto y maremoto para algunos! Tengo amigos y gente conocida que perdió sus casas y guardó la calma. También tengo otros que no perdió nada y gritó delante de sus hijos pequeños. No todos los padres logran reaccionar bien. De hecho, en Marzo del año pasado mi consulta se llenó de niños traumatizados por el terremoto y la reacción de sus padres.
Debemos estar orgullosas de haberlo hecho lo mejor posible.

Un gran abrazo!

Pequeña Insurrección dijo...

Natalia, psicologa yo?? Jeje, para nada, pero gracias por el cumplido.

Reina dijo...

Natalia, que bien has descrito esa sensacion. Yo tambien pense cuando era chica que un dia veria la luz y todo estaria claro y me sentiria segura. Me alegra leer que no soy la unica que vive en la oscuridad de los 20 a los 40, aunque de vez en cuando vea la luz como una estrellita :)